miércoles, 27 de agosto de 2008

¿La religión tiene las acciones en baja?


Hoy se publicó en Página/12 un estudio realizado por un conjunto de universidades nacionales y con la coordinación del Lic. Mallimaci que interrogó a una muestra de poco más de 2400 personas de distintas regiones del país sobre su nivel de religiosidad a través de una serie de preguntas. El artículo completo puede verse en
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-110443.html


El estudio confirma aquello que para muchos es una percepción, cada vez son menos las personas que continúan participando de los ritos religiosos o concurriendo a los templos, iglesias y cultos. Las personas parecieran preferir una comunicación a nivel personal y sin intermediarios con el Dios a quien reconocen seguir. La pregunta que surge inevitable es ¿Por qué? Las respuestas se suceden como cataratas pero casi ninguna deja bien parados a los representantes de las diversas religiones y así, un país como Argentina que siempre se consideró mayoritariamente católico, hoy representa un 76% de su población como creyentes. ¿Qué pasó con el 24% restante?

Convengamos que la rigidez en las doctrinas religiosas, en cualquiera de sus versiones, no es un incentivo para la mayoría de las personas, la falta de adaptación a las sociedades que evolucionan, van cerrando puertas y más puertas en las caras de aquellas que van en busca de consejo y soporte espiritual.

Aborto, relaciones prematrimoniales, anticonceptivos, la educación sexual en los colegios, la homosexualidad son tópicos en los que las principales religiones se niegan a evolucionar, dejando sin una adecuada respuesta a la población. Las noticias sobre abusos sexuales, violaciones y distintos tipos de acoso que tienen por protagonistas a sacerdotes tampoco parecen hacer buena prensa a los muchachos de Dios. Y ni que hablar de las cuantiosas fortunas, los escándalos de corrupción y vinculación con el narcotráfico de algunos cultos que sostienen a los pastores electrónicos.

Que la gran mayoría del 11% que se declara indiferente a la religión se encuentre en los sectores más pobre de la población nos dice algo: las religiones son ciegas, sordas y mudas ante las necesidades de los más desprotegidos. Son los monos sabios con poca sabiduría. Y se sabe que cuando una institución se vuelve sorda a las voces de la gente … las cosas terminan yendo por mal camino.


La Virgen María alcanza un 80% de personas que la tienen como figura, por detrás de Jesús con un 90% y el Espíritu Santo con un 84% … hasta acá venimos a ver las mujeres la discriminación y la falta de igualdad ante las oportunidades? :-P



Campaña nacional - Llamado a la solidaridad


Situación 1

Mujer sentada en asiento de dos en el colectivo repleto, hora pico, todos amuchados. Una frenada o maniobra peligrosa del colectivero te obliga a moverte unos milímetros en tu asiento. La mujer que va a tu lado te mira con cara de odio porque … se le corrió el delineador con el que se estaba maquillando!

Situación 2

Subte Línea E a las 7.30 horas de un día miércoles. No hay espacio ni para pensar. Todos amuchados, tratando de no ser dejados en bolas cuando el malón se baja en la estación Independencia. En los malabares necesarios para no perder la cartera y la cualidad de impoluto de tu traste hacen que te muevas milimétricamente y le toques el brazo a una mina que va con todo el equipo de maquillaje sobre la falda mientras hace equilibrio entre el lápiz de labio y el espejito … y claro, le pegaste un codazo y el lápiz se lo van a tener que sacar con laparoscopía pero … quien la manda a pintarse en un transporte público en hora pico?

Como estas situaciones tenemos muchas, quien no ha observado con arrobamiento como una fémina cambia por entero su apariencia, para convertirse en una diosa, cuando vos la viste, si, sabés que cuando sale de su casa es un escracho, que las bolsas le llegan a las rodillas, que tiene más ojeras que un panda y que encima tiene la piel llena de marcas, granos, imperfecciones y otras porquerías …

Por eso llamo a la solidaridad de quienes me leen y les pido que se sumen a mi campaña contra el maquillaje viajero! Basta de cosméticos que se desparraman en el piso, pongámosle fin a los escrachos que se convierten en diosas por medio del maquillaje, porque una tiene el estómago sensible a la mañana y no tiene porque observar la metamorfosis.

Todos juntos digamos BASTA DE MAQUILLARSE EN EL COLECTIVO / SUBTE / TREN / DILIGENCIA / COHETE ESPACIAL


martes, 26 de agosto de 2008

Aquí no hay quien viva - El misterio de la bolsa de residuos




Digno título para un libro protagonizado por Mr. Poirot o bien por Miss Marple, pero no, en este caso nos tendremos que conformar con los talentos locales y, para ser más precisos, con quien estas líneas escribe para saber quien cuernos es el dueño de la bolsa de consorcio que apareció llena de escombros en el descanso de la escalera que va entre el 8º y el 9º del edificio donde vivo.

El domingo 17 de agosto hizo su aparición triunfal. En ese momento y por ser domingo, pensé que era algo momentáneo, todavía pienso que la gente se hace responsable de, al menos, sus propios residuos. Pero no! El lunes 18 la bolsa no sólo seguía ahí, sino que ahora estaba desparramada por todo el piso. Respiré hondo, miré la hora en el celular, eran las 23.30 y consideré que no era un momento adecuado para empezar con las indagatorias, volví a respirar hondo, puteé a todos los vecinos en todos los idiomas y dialectos conocidos y me metí en mi departamento.

Martes 19, por esas cosas de la vida llego temprano y me encuentro con que la bolsa está rota y su contenido desparramado por la escalera. Hecha una tromba de furia subo al 9º y cuando estoy subiendo el segundo tramo de escaleras me encuentro con una bolsita de basura tirada en la escalera … nuevamente puteadas en coreana, swahili y turco, toco el timbre del 9ºB para averiguar si sabían quien estaba haciendo arreglos en su casa. No saben nada, me dicen. Yo no quiero sospechar de nadie pero … la bolsa de basura no tiene patitas, los escombros no son livianos y aunque soy una seguidora de los Expedientes X todavía no creo que en la generación espontánea de los mismos.

Pregunto si tampoco saben de quien es la bolsa de basura de las escaleras y me dicen que “hay una vecina que tiene esa costumbre”, cuando pregunto quien es me responden caras suspicaces que insinúan pero nada dicen y no me extraña, no es la primera vez que tengo que toparme con gente que por quedar bien con el vecino puede convivir con la mugre o con la injusticia más flagrante. Bajo, todavía puteando, llamo a mi vecina del 6º B y le pregunto quien podría ser, me dice que no tiene idea pero ni aún así me detengo y logro saber quien sería la dueña de la bolsa pequeña pero no así de la bolsa de escombros.

Miércoles 20, me encuentro con la ayudante de encargada y le digo que si se llega encontrar con otra bolsita de basura en la escalera, por orden mía, revisora de cuentas y miembro del consejo de administración (ad hoc), proceda a colocarla en la puerta del departamento de donde salió (cara de sorpresa) “ … sino te animás, me avisás y lo hago yo!”

Hoy, martes 26, la bolsa con escombros sigue ahí y de los dueños de la misma ni noticias! … pero sépanlo, cuando me entere cuál es el departamento, se van a encontrar con una linda alfombra rústica en la entrada de la casa …




viernes, 22 de agosto de 2008

Caminando por la ciudad …



… uno puede escuchar muchas cosas. Insultos, bocinazos, discusiones en persona y por teléfono, frenadas, fragmentos de diálogos y acá me detengo, en los diálogos que uno puede escuchar si le presta atención.

Eso es algo que no me suele pasar porque para andar por la ciudad y salvo que vaya con alguna persona a mí lado, llevo puesto los auriculares con música. Si, ya se, suena a querer aislarse del mundo, pero no es así. Se los juro!

Resulta que esta mañana salí de casa y los pocos minutos comenzó mi guerra con el Nokia 5200 que tengo como celular (maldita porquería!) el cual insistía en colgarse y dejarme sin música y, por supuesto, sin teléfono!

Así las cosas, comencé mi viaje hasta el trabajo y luego de bajar del colectivo y comprar unos sahumerios artesanales que venden en la Plaza Roma, emprendí mi marcha hacia la oficina. Y ahí lo escuché.

El diálogo se daba a mis espaldas. Una voz de mujer que decía “No se peleen, mi mano es tan grande como mi corazón y caben perfectamente los dos … y hasta me sobra lugar!” Inmediatamente me di vuelta para ver a una joven mamá con dos chiquitos. La mujer hacía malabares entre las mochilas que colgaban de una de sus manos y con la otra llevaba a los dos pequeñitos.

La escena me conmovió y mucho. La miré, le sonreí y seguí caminando, pero esta vez pensando en ¿cuántas personas nos caben en el corazón? ¿Tomamos conciencia de la cantidad de amor que somos capaces de dar? ¿Alguna vez reflexionamos sobre nuestros afectos?

Los invito a pensar y, si tienen ganas, a que me cuenten.

jueves, 21 de agosto de 2008

Eternamente - J.A.P.

Después de descubrir que las uñas también sirven para arañar el tiempo y robar
todos esos segundos que se esparcen debajo de la almohada, para utilizarlos como quiera, cuando quiera y con vos... después.

Y aunque nadie sepa tu nombre ni el mio después de leer esto, yo seguiré
escribiendo renglones que hablen de vos, sin saber jamás que un día alguien
habló de vos tal y como sos.

Después de recorrer con mis manos caminos insospechados y con mis pies
millones de encrucijadas, volveràs como un ave migratoria a mi destino
que no es otro que tu vida.Y después el mundo ya dirá...

miércoles, 20 de agosto de 2008

Muchacha argentina ...


Si está en tus planes casarte o si ya has pasado por el altar no debes continuar un día más sin conocer los consejos del Dr. Feyeraben que las muchachas de Las/12 nos hacen llegar en otro servicio más a la mujer moderna


El entusiasmo del noviazgo y la ilusión de la primera etapa del matrimonio pueden durar para siempre si se cumplen al pie de la letra los mandamientos que nos entrega el doctor Willi Feyeraben en su libro El arte del amor (Colección Eruditis, Barcelona, 1970), a saber:
Funda un hogar feliz. Para lo cual es imprescindible no depender de, ni tampoco convivir con, padres o suegros. Feyeraben refrenda el refrán “El casado, casa quiere” para asegurarse perpetua dicha.


No dejar morir el matrimonio en la rutina cotidiana. El amor debe resplandecer de continuo como el primer día, produciendo nuevas y bellas experiencias. Existen incontables pretextos para encender o avivar la llama, siempre es posible obsequiarle pequeñas alegrías al compañero.


Demuestra buen humor permanentemente. No cuesta nada estar de buen talante cuando todo va sobre rieles, pero en la vida no siempre las cosas se deslizan de esta forma. El verdadero mérito es poner buena cara frente a frustraciones y fracasos, evitando así caer en depresión.

Considera las atenciones de tu esposo. No es generoso acostumbrarse a recibir gestos considerados y corteses sin agradecerlos debidamente. Peor aun, puede resultar contraproducente.


No olvides los derechos humanos básicos de tu cónyuge (sic). Quien quiere hacer prevalecer siempre su propia opinión, más vale que no se case. Recuerda que dos personas ven más que una y si vuestros juicios se contradicen, siempre quedará el recurso conciliador de ceder.

Procura ser siempre leal. Las promesas hechas durante el noviazgo y ante el altar se deben cumplir. La lealtad debe extenderse a la vida familiar y social, por lo que no debes quejarte de tu compañero frente a terceros, ni darles a conocer ninguna dificultad o intimidad de la vida conyugal.

Pasa por alto las pequeñas diferencias. Está científicamente demostrado que las grandes diferencias son casi siempre consecuencia de la suma de diferencias menores.

Asegura cada día la paz conyugal. No dejes de hacer un balance cada noche donde figuren el debe y el haber de la relación matrimonial. Si has cometido alguna falta venial, por más que te parezca intrascendente, debes disculparte, y también perdonar a tu compañero si el error es de él.

No descuides los fundamentos religiosos. El contacto anímico-espiritual que idealmente debería unir a los esposos, los sitúa por encima de las contingencias de la vida de todos los días.


Si los integrantes de la pareja matrimonial se atuviesen a estas sencillas y prácticas normas que figuran en El arte del amor, menguarían en gran escala las crisis conyugales, tan comunes hoy en día. Y se preservarían, según el doctor Willi, no sólo los fundamentos biológicos sino también los elevados valores metafísicos del matrimonio.

Fui y vi - “La escafandra y la mariposa”






Fui y vi

“La escafandra y la mariposa”

http://www.laescafandraylamariposa.es/

Una película francesa que cuenta la historia de Jean Dominique Baudy, editor de Elle, quien a los 42 años sufre un infarto cerebral que le afecta el tallo cerebral y lo deja en coma por 3 semanas, al despertar sólo puede mover el párpado izquierdo, el resto de su cuerpo no responde, aún cuando sus capacidades mentales se encuentren en perfecto estado. Esta condición especial se denomina “síndrome del encierro”.

Jean-Do tiene 3 hijos pequeños, una ex esposa y una novia que reaccionan de maneras bien diversas ante los hechos. Así la ex esposa, Céline, vendrá a su lado y formará parte del equipo de mujeres que lo intentarán reconectar con el mundo, mientras que su novia Inés decide no verlo “así” por no poder soportarlo.

Con la dirección de Julian Schnabel y las actuaciones más que interesantes de Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner, Marie-Josée Croze, Anne Consigny, Patrick Chesnais, Niels Arestrup, Olatz Lopez Garmendia la película que ha sido nominada a varios premios internacionales nos acerca la historia escrita por el mismo Baudy en el transcurso de su lucha por la vida.

No es una película que nos presente un cuento rosa con final feliz, pero creo que nos demuestra que ante las adversidades que nos puede presentar la vida, hasta el más valiente se transforma en cobarde y el más pintado queda buscando explicaciones. Por el contrario, el propio Jean-Do nos cuenta como logra con sus más que limitados recursos comunicarse con el exterior, como lograr salir de la escafandra en la que se encuentra atrapado y finalmente en alas de la mariposa llegar a la tan ansiada libertad.

Muy interesante!

Le doy 4 lauritas
(esto es una laurita, capisci?)

jueves, 14 de agosto de 2008

El hombre que comía demasiado

Por Rodrigo Fresán
Desde Barcelona

UNO

Pocas cosas aparecen más que una desaparición, pocas cosas más visibles que un hombre invisible. Lo que me lleva al caso del gastrónomo belga Pascal Henry. Pongámosle nombre de misterio antiguo pero clásico. De receta inmemorial pero jamás rancia: el hombre que comía demasiado. Título perfecto para uno de esos thrillers de modales impecables que abundaron antes que la brutal serie negra llegara para patear la mesa y romper los platos. Uno de esos casos para Auguste Dupin o Sherlock Holmes o Hércules Poirot o –más cerca, por territorio y paladar– o para ese detective moderno de apetito eterno que fue Pepe Carvalho. Pasen y siéntense y buen provecho.

DOS

En lo que a mí respecta, siempre me interesó el mundo de las grandes cocinas como pequeño microcosmos. Tal vez porque empecé escribiendo en una revista gastronómica, tal vez porque nada me preocupa menos que la gastronomía, siempre me interesaron esas personas dispuestas a matar por una botella, clavar tenedores por la espalda, suicidarse por la pérdida de una estrella Michelin, abofetearse con menús (poco tiempo atrás se batieron a punto yema un puñado de cocineros españoles acusándose de utilizar ingredientes foráneos o biónicos descartando los nobles elementos ibéricos; hace unos días dos cocineros ingleses salieron a insultarse en la prensa tabloide con pasión y léxico de drugos) o entender la idea del viaje como una sucesión de manteles a manchar.

Pascal Henry, por ejemplo. Leí la noticia de su misteriosa desaparición mientras él comía en el prestigioso y publicitado restaurante El Bulli (creación del top-chef Ferrán Adrià, considerado por muchos como el mejor comedero del mundo) y comencé a guardar recortes en mi carpetita de temas pendientes. Y aquí estoy ahora: sirviéndoles a ustedes este menú raro.

TRES

Pascal Henry: suizo de 46 años, oriundo de Ginebra, puntual courier independiente de profesión al servicio de empresas de relojería, separado de esposa magrebí, aficionado a la buena cocina. De pronto, Pascal Henry se propuso dar una vuelta al mundo –como el Phileas Fogg de Julio Verne pero en plan gastronómico– por los 68 restaurantes del mundo poseedores de tres estrellas Michelin en tres continentes (a razón de uno por noche) con el apoyo del célebre Paul Bocuse quien, encantado con el personaje y su aventura, lo dotó de numerosas cartas de presentación y le confeccionó los menús y eligió los vinos. Para ello, Pascal Henry invertiría los ahorros de toda una vida (el periplo le costaría unos 20.000 euros sin incluir desplazamientos) y la idea era escribir un libro sobre la experiencia. Así, Pascal Henry, montando su motocicleta, llegó a España –luego de masticar en Francia, Bélgica, Alemania, Holanda y Mónaco– para visitar a los seis estrellados del país. Entró por Cataluña y el pasado 12 de junio –cuadragésima etapa– se presentó y sentó a comer en El Bulli. En un momento dijo que iba a buscar unas tarjetas personales y nunca volvió. Sobre la mesa quedaron un sombrero, algunas fotografías y su libreta rebosante de apuntes y dedicatorias de sus ídolos y una cuenta de 240 euros. La familia denunció su ausencia, los Mossos d’Esquadra se pusieron a investigar, pero no se hallaban rastros ni restos. Y Pascal Henry no hizo uso de las siguientes reservas de su recorrido. Ni en España ni en Inglaterra ni en Estados Unidos ni en Japón. Misterio...

CUATRO

Los siguientes recortes –cronológicamente recalentados– no agregan mucho: la internacionalización del enigma, testimonios de quienes lo vieron y le sirvieron y le cobraron (todos coinciden en que Pascal Henry no era un gourmet improvisado, tenía conocimientos amplios que iban desde la porcelana de los platos hasta la ingeniería de los hornos), el desconcierto de los investigadores, el recuerdo de aquel misterioso náufrago amnésico y supuesto pianista genial y de otros freaks del abracadabra, comentarios de conocidos que no entendían cómo hacía Pascal Henry para darse una vida tan buena, el desmentido de la Editorial Glenat diciendo que jamás había contratado el libro de Pascal Henry, la “novedad” de que Pascal Henry había cancelado el tramo nipón de su expedición, Bocuse rogando un “Hagan algo, ¡Encuéntrenlo!”... Pequeños aperitivos sin demasiada sustancia cuya única misión –se sabe– es la de fomentar las ansias por platillos más contundentes. Lo más interesante de todo –más allá de la revelación de que el tour alimenticio estaba patrocinado en un 50 por ciento por un anónimo empresario ginebrino– fueron las declaraciones de un inspector de policía suizo llamado Patrick Puhl que, por sus palabras, merecería protagonizar alguno de esos thrillers gélidos tan de moda: “Un adulto tiene el derecho de desaparecer”.

CINCO

Ahora ya (casi) pasó. Ahora la curiosidad no es tanto gastronómica como siderúrgica y la gente anda más preocupada por oros, platas y bronces y medallas. Ahora ya ha sido develado el tonto misterio de cómo se encendería el pebetero olímpico (confieso que en algún momento imaginé y me preocupó que los chinos inauguraran los Juegos Olímpicos con la ayuda de un monje tibetano bonzo-flambé). Ahora el caso está (casi) cerrado. Pero en la sencillez e inocurrencia de su resolución hay algo que a mí no me convence del todo.

Porque hace unos días encontraron a Pascal Henry. O, al menos, las cámaras de video de un cajero automático de Ginebra registraron su existencia. Y ya está. Eso es todo y el asunto deja de interesar cuando, para mí, se vuelve más interesante. Busco en Google declaraciones de Pascal Henry y no encuentro nada porque, aparentemente, nadie le pregunta nada en Suiza. Así son por allá y recordar el monólogo de Orson Welles sobre los relojes cucú en El tercer hombre. Gente disciplinada pero plácida y poco imaginativa y, ya saben, “un adulto tiene el derecho a desaparecer”. De acuerdo. Pero reaparecer, pienso yo, obliga a ciertas responsabilidades narrativas. El aparecido tiene la obligación de explicar por qué se levantó de la mesa y nos dejó pagando.

Días atrás, en el periódico ABC, el escritor Juan Manuel de Prada –un poco en broma pero con la irritada seriedad de otro lector frustrado– se preguntaba: “¿Podemos afirmar sin dubitación que ese individuo sea el mismo Henry que entró en El Bulli? Sabemos que los menús de Ferrán Adrià incorporan platos que han sido sometidos a procesos de liofilización, alteración molecular y no sé cuántos experimentos químicos más. ¿Y si tales alteraciones moleculares tuviesen efectos secundarios, provocando en el incauto que se las zampa extrañas mutaciones genéticas o siquiera delirios esquizoides? Esta metamorfosis secreta podría explicar la desaparición misteriosa de Henry y su posterior aparición en Ginebra, convertido en una especie de zombi desmemoriado”.

Puede ser, quién sabe, pero por el momento y en lo que a mí respecta, a la comida de esta historia todavía le falta el postre. Y no quiero irme a la cama sin postre.

martes, 12 de agosto de 2008

Juan, que tiene una hija “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale” …


Juan, que tiene una hija “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale” …

Juan vive en uno de los pisos bajos de mi edificio y es un personaje de esos que mejor no encontrarse, no porque sea mala persona, sino porque uno nunca sabe como va a reaccionar. Basta mencionar que he subido varias veces con él en el ascensor y en muchas ocasiones fue como si yo no estuviera presente, mientras que en otras me refriega en mi cara que su hija “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale” …

En fin, Juan tiene algunos problemas de temperamento y tengo mis sospechas que nadie puede controlarlo, ni su propia mujer, que se muestra por los pasillos (las pocas veces que se deja ver) como una persona muy asustada del mundo …

En una ocasión bastante violenta en sí, Juan bajó a una especie de asamblea que terminó como escena de pugilato y sin decir agua va! Le pegó un rodillazo en la entrepierna al administrador anterior. El mismo que luego lo denunciaría y lo obligaría a acudir a tribunales, pero claro, la hija que “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale” no quiso o no pudo acompañarlo, entonces andaba buscando otro abogado …

Le dije que no.

Semanas después me lo crucé en el ascensor y sin mediar palabra, al bajar del coche me cerró la puerta sobre la punta de las uñas, sin siquiera dar marcha atrás al escuchar mis gritos y rosarios de puteadas en todos los idiomas conocidos … No quisiera pensar que Juan lo hizo a propósito no?

Juan no baja a las asambleas pero es el primero en criticar y cuestionar las decisiones alcanzadas en dichas ocasiones. Claro, su hija “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale” … le dijo una vez que la asamblea para poder decidir sobre el aumento de expensas debería tener una presencia del 51% de los propietarios / votos. Y si lo dicen la hija que “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale” …

Lo que Juan, su hija “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale” … y propio Dr. Schinfale (sospechan de quien hablo no?) no saben es lo que dice el reglamento de copropiedad del edificio, que establece que no es potestad de la asamblea fijar los aumentos de expensas sino del administrador, que éste en todo caso puedo ponerlo a consideración de los propietarios pero no es necesario.

Juan sigue insistiendo que no es así, no obstante nos advierte que tengamos cuidado y que si bien él no va a iniciar acciones legales porque no quiere molestar a su hija que “es-abogada-y-procuradora” y que sabe mucho y que trabaja con el “Dr. Schinfale”, cualquier vecino puede hacerlo.

Aída … Juan … las reuniones de consorcio … no, no hay caso, yo debo estar pagando una vida anterior con muy mala leche!





Ayudar está bueno


... por eso y porque estoy convencida que para algo tiene que servir una comunidad tan grande como la de los blogs es que tomo el atrevimiento de pedirles para ver si pueden darle una mano a a Maia, una artesana que está sufriendo las consecuencias de que "esté bueno Buenos Aires".

si alguien puede darle una mano o sabe con quien contactarla bienvenido sea!


Hoy: viajar en subte – premetro y sobrevivir para contarla


Flora y fauna urbana


Vivir en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires no es sencillo. No lo es porque los medios de transporte no alcanzan para llevar y traer a las personas que venidas del Conurbano utilizan las redes de transporte de este sector de la ciudad. Porque a poco de comenzar sus recorridos los colectivos están atestados y es casi una misión suicida intentar subir.

Aún así, hay que ir a trabajar y lo más importante … HAY QUE VOLVER! En eso me encontraba yo en el día de ayer, volviendo de mi trabajo en el microcentro porteño. Ya en la estación de subte Bolívar había bastante caos, la gente amontonada en los andenes, peleas por apretarse un poco más dentro del vagón y sentirse en vivo y en directo como vaca transportada al matadero. Si hasta hubo empujones entre una señorita y un señor que se gritaban e insultaban para ver quien había comenzado a empujar primero!

Yo estaba esperando con Manu, mi amiga y compañera de trabajo, que si hay algo que reconocerle es la tranquilidad, a pesar de las catástrofes y los apuros, ella se mantiene tranquila como si recién se levantara de dormir la más reconfortante de las siestas. Con una sola mirada entendimos que la gente está cada vez más loca y que no sabemos como pueden viajar así. Seguimos esperando por el próximo tren.

Con poca suerte tuvimos que viajar paradas hasta bastante avanzado el recorrido, pero finalmente cada una llegó a destino. Cada una por su lado, a mí me tocaba continuar la travesía combinando el subte con el premetro. (para los que no saben que es el premetro acá les dejo info
http://www.metrodelegados.com.ar/spip.php?article915)

Bueno, llegué a la Estación Virreyes en medio de una lluvia infernal para encontrarme con que los coches tenían un atraso estimado de 10 minutos y enseguida pensé, zas! Acá suspenden el servicio, porque no se si saben que cuando llueve mucho el servicio tiene que ser suspendido … supongo que se debe a que la zona que recorre se inunda con mucha facilidad, tapando las vías … no se. En fin, hice la fila y esperé a que saliera el próximo servicio.

Pero claro, siempre que hay una buena costumbre hay 80 que no lo son, porque para que podría haber un cartel indicando para donde formar fila si muchos de los supuestos “avivados” que ni bien salen de la boca del subte se quedan delante de donde se parará el coche del premetro y así adelantarse a los pelotudos que hacemos fila … Claro que, luego de vivir buena parte de mi vida por la zona sur ni se me ocurriría interpelar a esos sujetos … soy valiente pero no como vidrio vieron?

Llega el coche y como si fuera la última tabla que queda a flote del Titanic se lanzan sobre las puertas, arrastrando a todo lo que se ponga a su paso y vos que hiciste la fila te quedás para lo último y con suerte conseguís un asiento … Suerte la mía, logré sentarme. Pero como les dije llovía y mucho, pero más llovía adentro del coche, caían cataratas por las ventanas y desde el techo, lo que me hizo pensar que si no me quedara tan lejos, a lo mejor me convenía caminar …

Aún así, llegué a mi parada en condiciones digamos que dignas, aunque un poco malhumorada y mojada en exceso … Así que, ya saben, si quieren conocer como se viaja en el lejano sur de la CABA, vengan! Que seguro se van a divertir …

viernes, 8 de agosto de 2008

Leemos a Gioconda Belli y su Sofía de los Presagios


Gioconda Belli, una escritora y poetisa nicaragüense se ha abierto paso en mis preferencias a medida de sus protagonistas mujeres llenas de fuerza y voluntad a pesar de los pesares. Sofía, una gitana abandonada por su madre y perdida por su padre, es la protagonista de esta historia llena de magia y fuerza de voluntad. Les dejo un pasaje de este hermoso libro.

“Xintal habla de diosas y no de dioses. Para ella, la tierra es la mayor de las divinidades, la madre de todos los frutos y de toda la vida. No cree ella en dioses mezquinos que necesitan templos oscuros donde ser adorados y hombres célibes que cuiden sus casas.

- La Diosa anda en el vientre de las mujeres y en el falo de los hombres, porque allí es donde comienza la vida desde donde todo lo demás se genera. Sólo la oscuridad de las almas extrañadas de la naturaleza, ha podido inventar un dios macho con una madre virgen, para quien el placer que produce la vida, es pecado.

Ella ha sido bruja por generaciones, le dice. Las brujas están encargadas de conservar la sabiduría ancestral de mujeres, que desde tiempo remotos antes de que se las persiguiera y se las obligara a la docilidad, veneraban la tierra y conocían el secreto de las buenas cosechas, los poderes mágicos de las plantas y las entrañas de ciertos animales …”