sábado, 30 de junio de 2012

Se viene El Sindical por FM Boedo 88.1



Seguimos creciendo como medio de información, ahora El Sindical en FM Boedo, 88.1 y por la Web fmboedo.com.ar, todos los lunes de 19:00 hs a 20:00 hs. Con la conducción de la Dra. María Laura Lastres, abogada, especialista en Criminalística, especialista en maltrato laboral, el Dr. Armando Martín Sabadini, abogado, especialista en derecho laboral, miembro de la Comisión Directiva actual del CPACF y el periodista Marcelo Ricardo Hawrylciw, Editor General del diario El Sindical.
Participa, opina, informate, comunicate a la radio o al diario, vas a tener la posibilidad de que dos profesionales del derecho te orienten sobre la forma de defender tus derechos. Realizaremos un análisis de las noticias más relevantes, de los fallos judiciales respecto a los derechos de los trabajadores, de los ciudadanos y los derechos humanos.
Tendremos invitados participando del programa, te vas a identificar con algunos casos, y vas a contar siempre con la posibilidad de no perderte ningún programa, ya que los vas a poder escuchar en la Web de la radio o en nuestro portal.
Gracias a todos los que confían en nuestro medio, en la independencia y en la libertad de expresión que intentamos defender.

sábado, 2 de junio de 2012

Debate fundamental

Debate fundamental, no habría podido seguir mi vida sin enterarme de este hecho


las12
VIERNES, 1 DE JUNIO DE 2012
EL PEZ POR LA BOCA

La duda

 Por Dolores Curia
“De cómo arañar ocho mil caracteres y unos cuantos culos para hacer una tapa.” Así podría titularse la sensación que genera el último número de la revista Veintitrés. ¡Qué lejos quedaron los tiempos de aquella histórica tapa con agujero (para ilustrar los agujeros negros del presupuesto menemista)! La intención, esta vez, huele más bien a la urgencia de tapar un agujero.
Ahí está la evidencia: en el quiosco o en la red de redes. Dos planos americanos. Un frente con globos terráqueos en pico y la argentinidad bodypainteada. Y su reverso: una retaguardia con remera criolla y una colaless que enmarca unos glúteos pulidos. Ni un solo pozo. ¿Será photoshop? ¿Será que la euforia patriotera es capaz de rellenar las nalgas hasta dejarlas a punto bombucha? La nota de Veintitrés –llora la revista Barcelona, que apenas si podrá ahora superar este chiste– promete aquietar una intriga inmemorial: “Tetas o culo: el fin del debate nacional”. ¿Necesita más el lector o la lectora? Tal vez algo para entrarle al texto sin culpas, para quitarle el pecado de lo superfluo, lo sexista y el aburrimiento crónico. Pues bien, ¿para qué está la Academia si no es para echar luz sobre las discusiones que desvelan a la sociedad toda? Y la UBA sale al frente como único héroe (y cita de autoridad) en este lío: Locademia de Ciencias Duras al rescate. Si fuese otro dossier más de pechos y trastes suculentos, habría pasado inadvertido. Lo cómico (e irritante) del caso es que se quiere cubrir al “debate nacional” sobre estas zonas erógenas (excluyentemente femeninas) con cientificismo.
La investigación se basó en el estudio de la mirada de doscientos hombres que eligieron entre cuerpos no identificados. Sin eufemismos, ni metáforas enredadas. Quien busque capas de sentido a deconstruir bajo la lupa de los estudios de género, la tendrá demasiado al ras: todos esos culos anónimos se definen en función de la mirada de “184 heterosexuales confesos”.
El trío de científicos a cargo del experimento dice haber trabajado con imágenes de mujeres “lindas, o muy lindas, entre ocho y diez puntos”. Dan ganas de preguntar cuál fue el medidor. ¿Hablar de “calientómetro” suena a chiste fácil? Lo impreso sobre las páginas de Veintitrés supera cualquier chicana neologística. Unas líneas más abajo se expone, con tono de master class, que el semental argento se divide en dos razas: “culero” o “tetero”. Uno de los científicos explica la necesidad metodológica del ranking de chicas (8, 9, 10): “Estudiamos la preferencia entre buenas opciones, que no es lo mismo que descartar entre malas opciones”. Las chicas posan de espaldas, anticipando –para aquel que no quiera leer toda la nota– que hay un ganador que empieza con “C”. No tienen cara, sólo sus nalgas tostadas y firmes. Posan contra una baranda a la espera del sello que, quemándoles el cachete, las califique como aprobadas o sobresalientes.
¿Y por qué el debate es nacional? ¿Será porque en el imaginario algo del argentinismo remite a aquella iconografía del macho criollo que con una mano se desabrocha el primer botón del pantalón, con la otra sostiene el porrón y con la manga se seca la espuma de la trompa? Lo cierto es que en la nota aparece un dato, en boca de un cirujano plástico, que podría explicar por qué para Veintitrés este tema tiene los colores de la bandera: “En cirugías estéticas, la Argentina lidera el número de intervenciones en toda América”. Otra cifra: aunque ellos prefieren la retaguardia, en el quirófano, teta sigue matando culo.
Uno de los cerebros de estos hallazgos dice no escaparle a la discusión de si su investigación es machista o misógina. Y nada más. En referencia a que –según esta investigación– la parte de atrás se lleva la corona, declara: “Una conclusión podría ser que (al operarse más las lolas) las minas están gastando mal la guita. Tienen una razón fuerte: si un hombre les ve las tetas, ellas ven cómo se las mira”. No, no es una frase de Polémica en el bar pescada al ritmo del zapping: es Mariano Sigman, el director del laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Facultad de Exactas, dejando un mensaje para la posteridad. Decir que acá para las féminas no hay voz ni voto es una redundancia al cuadrado. La mujer aquí es un poste; es que a ellos les gusta así, como ausente.

viernes, 1 de junio de 2012

DE COMO VIAJAR EN TRANSPORTE PUBLICO Y NO MORIR EN EL INTENTO


Se lo dedico a Valeria, Andrea e Inés
Viajar cada día en los transportes públicos puede ser una aventura que pone en riesgo la salud física y mental de los pasajeros. Colectivos y subtes llenos, trenes que no tienen las condiciones necesarias, frecuencias insuficientes, tránsito caótico, trabajadores disconformes que hacen medidas de fuerza, cada día más gente movilizándose hacia la zona céntrica, marchas y protestas, etc., hasta allí no descubrí la pólvora, basta con salir a la calle para darse cuenta, leer un diario, mirar la TV o escuchar la radio para que las quejas se reproduzcan como virus sin control.
Pero hoy no quiero hablarles de lo que sufrimos todos, todos los días ... o sí, porque hoy les voy a hablar de los compañeros de viaje. Sí, esos absolutos extraños que se acercan a uno de forma non sancta, con alientos cargados, sin respetar espacios personales, cargando mochilas en sus espaldas o peor aún, con un niño a su lado.
No se me malentienda, jamás le negaría el asiento a una embarazada o a un padre con un niño pequeño, pero sépanlo, mis queridos chichipíos, que si el párvulo está en edad de corretear alegremente por las praderas, ha dejado de ser una garantía de asiento libre! Basta de la dictadura de los padres que suben a sus brazos a niños en edad de planear su primer "asalto" (bailable, claro está!), un niño de 8 años no es alzable, no te da derechos a un asiento, no te hace estar más cansado que yo!
Entiéndanme, no soy madre pero eso no me hace menos sensible, pero mi límite está en la falta de ubicación y de respeto por el otro! Hoy un pequeño delincuente acompañado de su madre vegetal, depositó sus huesos en el asiento de al lado, en cómoda posición de Buda (cómoda para él,pero no para mis pantalones negros), cuando la miré a la madre en busca de su entendimiento obtuve un tibio "corré el piecito para el costado que estás molestando a la señora" ... DANGER, primer error cometido, la muy basura me llamó SEÑORA, cuando ella me llevaba algunas décadas de ventaja! Como el niño insistía en patearme y ella intentaba hacerlo desayunar en el bondi ... le sugirió sentarse en otro lado, se corrió, yo solté un bufido y ella le dijo al delincuente juvenil, "respira porque te corriste", me saqué los auriculares, la miré y le dije, "yo respiro siempre, en todo caso resoplé, debido a tu incapacidad en manejar a la bestia!" ... creo que no le cayó muy bien mi interacción.
El otro segmento etario del que voy a hablarles hoy es el de los mayores adultos, no hablo de los pobres viejitos que no pueden mantenerse en pie o usan bastones, no!, estoy hablando de los que por peinar canas en todo el cabello se sienten con derecho a desaparramarse en un asiento aunque minutos antes hayan andando caminando sobre tacos haciendo shopping.
Lo reconozco, levantarme temprano luego de una noche con problemas para dormirme, no me hace ser dócil, pero tampoco piensen que soy una perra gruñendo ... che, uds. me conocen, saben que no lo soy! que no cuernos!
Lo cierto es que estaba yo cómodamente sentada (jajaja) luego de esperar el bondi por 32 minutos (si, 32 y qué?) cuando se adhiere a mí una señora de unos sesenta y tanto, en perfecto estado físico, tacos, maquillaje, peinado y automáticamente me pone cara de vaca que ve pasar el tren ... vos podés imaginártelo, dale, un esfuerzo más, ojo si sale vapor o humo, llamá a los bomberos. En fin, yo, inconmovible, la miré, bajé la cabeza y cerré los ojos. Consecuencia la señora dejó caer su cartera, quiero creer que por accidente sobre mi hombro. Mirada asesina. Vaca que ahora está subida al camión de hacienda y sabe que va al matadero. Mirada fría de mi parte. Ojos cerrados nuevamente, PLAF! la señora me había pegado un tortazo en la cara, dice ella que fue porque se quedó su mano enganchada entre la gente, digo yo que de turra y que espero que los juanetes, callos plantares, vejiga peresoza, esófago en llamas, insomnio y colitis la ataquen a la vez, en la vía pública.
No crean que soy vengativa, DIJE QUE NO LO CREAN o van a saber lo que les pasa ...
Menos mal que pude bajarme en la parada correspondiente, luego de llevarme puestas a 4 personas que se habían ubicado en la puerta de descenso y no tenían intención de bajarse hasta dentro de 2 horas y media y acá estoy, habiendo cumplido con parte de mis obligaciones y escribiendo estas líneas a pedido de mis lectores que me reclaman el abandono.