Leer es para mí un placer irreemplazable. No me pregunten como empezé ni quien me incentivó, porque no sabría decírselos con exactitud, sólo se que mientras mi mamá leía poco y casi siempre recetas de cocina, mi viejo devoraba las revistas de caricaturas y historias gráficas como D'Artagnan y Nippur, etc. Mi hermana es también una gran lectora, pero mi hermano le huye a los libros jaja, Daniel acabo de derribar en pocas letras tú imagen de tipo serio y preparado! No quiero olvidarme de mi tío Ruben que fue quien me prestó biografías y libros históricos ... y también revistas Humor!
Quizás pueda encontrar en la pasión por los libros esa facilidad de para expresarme por escrito, para poner en negro sobre blanco lo que siento, cuando no es tan fácil de decirlo, así a viva voz y desnudando el alma. Recuerdo que cuando empecé a leer y escribir, allá por mi época de jardín de infantes y gracias a la Hermana María Laura, mi maestra, comenzé a devorar todo lo que caía en mis manos, con decirles que leía el libro de lecturas del colegio antes de terminar la primera semana! Ojo, no fui una alumna brillante y aplicada, me defendí, me costó, la peleé, más por vaga que por bruta ... aunque quizás, ahora que lo pienso no haya sido vagancia sino falta de motivación.
Así las cosas, muchos de mis amigos son grandes lectores y proveedores de material fresco, verdaderos dealers literarios. Y entonces en este post les agradezco por dos cosas: por ser mis proveedores y por ser mis amigos, además de permitirme discutir con ellos mis impresiones sobre el material leído.
Lourdes, por ejemplo, ha sido mi vínculo con los clásicos de la literatura allá en tiempos del secundario. Emilio me ha permitido indagar libremente en su biblioteca en busca de textos que despertaban mi curiosidad. Adrián, a quien le digo que "yo no me llevé de su casa El Reino del Dragón", me ha convencido de que la ciencia ficción no es tan absurda. Mirta, mi hermana, me ha compartido autores de novelas variados e interesantes, pero también se ha surtido en mi biblioteca.
Graciela me ha permitido conocer a Marcela Serrano y por ello le estaré eternamente agradecida, mientras que a Lucila le agradeceré siempre haberme presentado a Gioconda Belli y algunas mujeres literatas latinoamericanas. Florencia me permitió el reencuentro con Jorge Amado, a quien comenzé a amar en portugués, para ser devota seguidora suya en español y Fernando ha hecho una campaña en pos de hacerme leer los más variados textos y discutir sobre ellos.
Todos y cada uno de ellos con sus aportes me han hecho más informada, preparada, con la cabeza un poco más abierta y, por supuesto, han acrecentado mi curiosidad.
Cómo no voy a estar agradecida de estos amigos? Cómo no voy a dedicarles este post?
Y ahora a uds. mis queridos lectores, los invito a leer el post que sigue, llamado Servicio de asistencia al lector y pensar, ¿cuál va a ser el próximo libro que voy a leer?