martes, 15 de septiembre de 2009

Palabras para Raúl

Querido amigo,
Estás pasando por un momento muy triste. No tengo palabras para decirte, no tengo consuelo que sirva, pero si tengo todo el amor y cariño que siento por vos y tu familia.
Son tantos años juntos, tantos momentos vividos, tantas risas, tantos secretos, tantos bajones y muchas pero muchas más risas que es imposible contarlas a los demás, a los que no tienen el placer de ser nosotros, como amigos.
La facu de Derecho sintió temblar sus pasillos con tus "Mariiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaa Lulaaaaaaaaaaaaa" a voz en cuello, cada vez que me divisabas en algún piso, fue testigo de nuestros abrazos de oso y de tu oído cariñoso y tu hombro ancho cuando casi me bochan en Reales, te acordás?
Con Sergio e Inés pasamos momentos inolvidables. Fuimos compañeros y hasta me sufriste como ayudante de cátedra ... pero tan mala no era no?
Ahora, estamos más grandes, nuestros viejos también, los míos partieron y me dejaron un vacío inmenso en el corazón, pero una sensación de orgullo por ser su hija que no tiene comparación con nada. Los tuyos con sus achaques te sobresaltaron y hoy tú viejo ... tú querido viejo, no la está pasando bien.
Cuando te pregunté en que podía ayudarte, me pediste algo que no puedo darte, no puedo decirte que aceptes lo que pasa y lo que se viene, me pediste que te explicara como aceptarlo, no puedo ... simplemente eso, no puedo. Yo no pude con mis viejos, no hay aceptación ni resignación posible. No hay explicación biológica que baste.
Te acordás cuando murió mi vieja? Cuando yo pasaba del llanto al silencio, de ahí a la risa y al llanto de nuevo, los que me rodeaban me decían que así era la vida, una cuestión de pura biología, ellos llegaron primero y se van de esa forma ... nunca me bastó ni me bastará.
Con el tiempo, que puedo asegurarte, cura todo, TODO, pude aceptar y las lágrimas se convirtieron en recuerdos lindos y de los otros, sentía culpa de no haber dicho todo lo que sentía, de no haber hecho suficiente por ellos. Después entendí que no hay nada mejor que decir todo lo que uno siente y dejar de sentir culpa.
Yo se que vos hiciste y dejaste de hacer por tus viejos. No hay nada que reprochar. No hay culpas posibles. Sólo la vida.
Quiera Dios, o quien esté por allá arriba, que tu viejo pueda superar este trance, que puedas tenerlo un poquito más con vos, y si no es así, que encuentres el consuelo y la fortaleza, sabiendo que estás rodeado de gente que te ama y que va a estar al lado para sostener tu mano, para abrazarte fuerte, para secarte las lágrimas y para ofrecerte refugio.
Mi Raulo Porá, sólo puedo decirte que te quiero.

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