Vaya forma de decir que una relación está terminada. Ya no siento nada por vos y el mundo de quien recibe la declaración se derrumba en pequeños pedacitos, sin importar si con eso se rompe una familia, una vida en común, una historia.
La vida en pareja tiene una forma de desarrollarse muy particular, ¿porque digo esto?, sencillo, porque la pareja es conformada por dos personas que aportan a esa unión sus características personales, sus costumbres, sus deseos, en síntesis sus mañas.
Por eso cada pareja es tan peculiar y a la vez no lo es, porque por más peculiar y distinta sea una pareja, una declaración como la del título genera los mismos efectos: el derrumbe.
Es mucho más común escuchar planteos como “Estoy confundido”, “No sos vos, soy yo” y hasta el muy común “Me enamoré de otro/a”.
Lo que hoy intento plantear es ¿cómo se puede luchar contra la falta de sentimientos, contra la falta de amor, si ni siquiera hay un otro/a a quien echarle la culpa, a quien acusar?
¿Cómo se puede resurgir después de un “Ya no siento nada por vos”?, porque una cosa es muy cierta, cuando alguien deja de sentir a otra persona, lo más probable es que sea con carácter definitivo. Hay pocos casos donde esa falta de sentimientos, de cariño, de amor sea cambiante. Y si lo fuera, si la situación cambiara, les aconsejaría que se alejen rápidamente de esa persona.
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