sábado, 24 de enero de 2009

Fui y vi … La duda y salí aún con más dudas


El jueves pasado se estrenó La duda dirigida por John Patrick Shanley y con un elenco de esos que pasan a la historia. Meryl Streep es la hermana Aloisyus, una monja poco amistosa, rígida, amante de la disciplina más áspera y porque no del castigo corporal para aquel que no se aviene a las reglas. Corre el año 1964 y ella es la responsable de un colegio católico donde también trabajan el sacerdota Flynn, magistralmente interpretado por Phillip Seymour Hoffman, y la hermana James (Amy Adams) la compasiva e inocente profesora.

EEUU se encuentra en medio de los conocidos conflictos raciales, por lo que la llegada de un alumno negro a la escuela genera revuelo tanto entre los alumnos que no le dan un lugar entre ellos, como entre los religiosos que no deciden la mejor forma de tratarlo. Así el Padre Flynn se acercará a él de una forma que para la hermana Aloisyus no es la más correcta y allí aparecerá la DUDA. La que se instalará en la cabeza de la hermana James y complicará las cosas, todo esto sin contar con la intervención de la madre del pequeño, interpretada por Viola Davis (me saco el sombrero ante esta mujer) quien hará lo suyo para aportar a la confusión tanto de los personajes como de los espectadores.

Si uno va a ver la película con cierto resquemor por la iglesia católica, precidido por las noticias tremendas de abusos sexuales que se ocultan a lo largo de la historia, de casos que son ocultados por las autoridades y por gobiernos enteros, la conclusión no será la más favorable para el padre Flynn. Si van a buscar hechos comprobados, dejen la intención en la puerta del cine y vayan a disfrutar de las geniales interpretaciones.

De todas formas, creo que nadie deja la sala con la certeza de tener los hechos totalmente esclarecidos, creo que merece ir a verla y le doy nada más ni nada menos que 5 LAURITAS, que tal?



jueves, 22 de enero de 2009

Leemos a Pablo Biffi con su Morir por todo y por nada

Esta mañana, cafecito mediante, terminé de leer un libro que me había llamado la atención hace un tiempo cuando leí el adelanto en la sección que tenía Clarín.com, se llama “Morir por todo o por nada” y su autor es Pablo Biffi. Lo compré y durante más de un año lo dejé en la pila de aquellos libros pendientes de lectura, aunque intenté acometer en su lectura, siempre llegaba a mis manos algún otro libro que quemaba o simplemente la quemada era yo a la hora de poder relajarme para leer.

Así que hace unos días, desafiando la tentación de empezar algún otro libro de mi torre (si, es una torre, no es una biblioteca, es una pila que crece de alto semana a semana y me mira desafiante como si diría “estoy venciendo a la maldita gravedad … y todo por que no me comprás una biblioteca!”), lo tomé y comencé a leerlo y ya no pude soltarlo.

Biffi es periodista de la sección El Mundo del conocido como el gran diario argentino, permítanme dudar de eso, pero ya estaría entrando en otro tema y no en el que me convoca que es recomendar este libro por su buena redacción, por su claridad y porque muestra un panorama poco conocido de esta América Latina tumultuosa que nos toca vivir. Para seguirlos atrapando les copio a continuación sólo algunos de los muchos párrafos que llamaron mi atención.

“…Como siempre, las Naciones Unidas condenaron la invasión, pero ya era tarde. Estados Unidos se presentó ante la población de la isla como el poder que impuso el orden frente a la anarquía …”

“…Dominga y los Pacheco de Tlazoyaltepec no saben que existe la macroeconomía y que ellos están en la categoría de ‘indigentes’ o ‘pobres’. Tampoco oyeron hablar de ‘capitalismo’ o de ‘coyunturas internacionales’ favorables o desfavorables. Sólo saben, eso sí, que cada vez reciben menos por lo que venden en Oaxaca y que lo poco que pueden comprar cada vez es más caro. …”

“…’Aquí - dice con una voz suave, mezclando palabras en español y portugués- me encontré con que el drama no pasa por tratar de comer o de buscar un futuro mejor. Aquí escapan para defender lo único que tienen, que es la vida’ …”

Y para terminar, la última cita referida al caso conocido como Doble crimen de la Dársena en Santiago del Estero, Argentina, un doble feticidio.

“-A mí no me pueden matar dos veces – me dice entre lágrimas. (…)
– ¿Usted es creyente?
– Sí, siempre lo fui, siempre he creído en Dios, pero también es cierto que cuando mataron a Patricia dejé de hacerlo y lo reté, porque le dije que era mejor que me llevara a mí, y no a mi hija
– ¿Y va a seguir peleando?
– Claro, yo tengo esperanzas de que el pueblo santiagueño me siga acompañando en esta lucha contra los Ick. Yo hasta que no estén realmente detenidos todos no voy a parar. Porque no quiero que nos vuelvan a quitar a otro hijo. No quisiera que a otra madre le pase lo que me han hecho a mí …”
Le doy 4 Lauritas … ya saben son estas

domingo, 4 de enero de 2009

La vida de los otros


Este fin de semana dedicado al relax en mi mansión me puse a ver las películas pendientes del año pasado y entre ellas estaba la maravillosa obra “La vida de los otros” dirigida por dirigida por Florian Henckel-Donnersmarck y protagonizada por Ulrich Mühe, Martina Gedeck, Sebastian Koch entre otros, la cual les recomiendo con énfasis.

Narra la historia de un vigilador y sus vigilados en el marco de un régimen como el de la República Democrática Alemana en los años 80. Sin dudas, es una obra que muestra lo importante que es la libertad de las personas y lo peligroso que es vivir en un régimen totalitario que en su aplicación mal realizada del socialismo termina por convertirse en una dictadura totalitaria.

Les dejo una transcripción de una pequeña parte de un parlamento de uno de sus protagonistas, un autor de teatro con motivo del suicidio de un amigo.

“El departamento de estadística de la calle … lo sabe todo pero no lo cuenta todo, sabe cuantos zapatos me compro al año 2.3, cuantos libros leo al año 3.2 y cuantos alumnos aprueban secundaria con sobresaliente al año 6347. Pero hay una cosa que no cuentan, porque incluso a los burócratas les resulta dolorosa, los suicidios.

Si llamas a la calle … para preguntar cuanta gente en todo el país la desesperación llevó al suicidio, nuestro oráculo calla y probablemente anoten tu nombre y apellidos para la seguridad del estado. Esos hombres grises que en nuestro país salvaguardan la seguridad y la felicidad.

En 1977 nuestro país dejó de contar las muertes por suicidio, las llamaron AUTOASESINATOS pero no son en absoluto asesinatos, no tienen nada que ver con el gusto por la sangre, ni con la pasión desatada sino con la muerte, la muerte de toda esperanza.

Cuando dejamos de contar hace 9 años sólo había un país en Europa con mayor índice de suicidios, Hungría, detrás íbamos nosotros, la tierra del socialismo real …”