jueves, 22 de octubre de 2009

Advertencia


A las ancianas que se mueven por la ciudad en los medios de transporte público:

El hecho de que uds. hayan pasado los 60 años y peinen canas no las habilita automáticamente a expulsarme de mi asiento.

Las maniobras de presión (apoyar bolsas en mis brazos, simular una caída, agitarse, temblar, presionar su cuerpo sobre mi antebrazo, etc.) tendientes a hacerme levantar tampoco son efectivas, uds. no lo saben, pero a caprichosa no me ganan (no, Goro?) y entonces producen el efecto contrario ... No me levanto un carajo!

Si venís de tomar el té con tus amigas, no intentes retornar a casa en hora pico ... yo tengo derecho a disfrutar de mi asiento, sin que me suspiren en la oreja o me miren con ojos de perrito apaleado y pulgoso, no me conmueve.

La presente advertencia también se aplicará a los padres con hijos mayores a 5 años que suben al colectivo y sufren del síndrome conocido como "Agotamiento express", el mismo suele expresarse con llantos, berrinches, caras suplicantes, miradas tiernas. Si el niño pudo andar chiveando por ahí,  puede aguantar un viaje en colectivo, si viene de la escuela, estuvo buena parte del día sentado, no joda!

Quedan uds. debidamente notificados.

2 comentarios:

Ottin! dijo...

Sr. Obama devuelva el Premio Nobel de la Paz... 6 a 1 con Bolivia!!!

adrian dijo...

Bueno, la verdad es que la última vez que subí a un colectivo creo que pagué con australes...
Pero en los comercios lo he visto. Los veteranos y veteranos están siempre apurados, y son los que más tiempo tienen...
(o menos, según como se lo mire).