Ser una hija de Eva ...

Y si, algún día tenía que llegar, quizás haya sido por la emoción del bendito 6 en Matemática, quizás haya sido el intenso calor que se abatió sobre Buenos Aires, a lo mejor fue ver a Marcelo Bonelli en ayunas ... no lo se! Lo cierto es que hoy estoy REFLEXIVA!

Me puse a pensar, mientras hacía esfuerzos sobrehumanos para sacarme de la cabeza la maldita canción de Arjona que habla que una vez al mes las cigüeñas se suicidan y que eso coincide con el humor de perros y lo brujas que nos volvemos las mujeres,  al tiempo que luchaba contra ese cólico interminable que hacía estragos en mi cuerpo, porque las mujeres tenemos que vivir el hecho de ser mujeres transidas por el dolor?

Nacés y desde chiquita te dicen que tenés que sentarte como una señorita, que no podés jugar a revolcarte por el piso con los varoncitos, que no podés treparte a los árboles ni agarrarte a trompadas con tu vecinito por un mancha venenosa demasiado envenenada.

Cuando sos un poco mayor, los chicos que hasta ayer jugaban con vos de igual a igual, comienzan a rechazarte y vos no entendés porque cuernos pasó, como tampoco podés entender que ya no puedas salir a jugar a la calle sin usar ese instrumento de tortura que es el corpiño ... y que los pibes te miren con OTROS ojos.

Seguís creciendo y entendés eso que le dijo Dios a Eva, eso de "parirás tus hijos con dolor" porque dicen las malas lenguas que las mujeres sufrimos con cada período, lloramos más antes, durante y después del período, estamos hipersensibles, gruñonas, necesitadas de mimos pero no en exceso, queremos estar solas pero morimos por un gesto tierno, las hormonas toman posesión de nuestros cuerpos, nos sentimos incómodas y encima, encima hay que lidiar con las toallitas femeninas!

Ya los chicos te miran como bicho de otra especie al que hay que conquistar o perecer, pero siempre desde una visión crítica, te hacen sufrir, te histeriquean y el dolor de los cólicos que te visitan todos los meses es lo único que se mantiene estable. Comenzás a ser esclava de la moda y se agrega un nuevo sufrimiento: la depilación.

Y es en medio de ese retorcijón de panza que gritás a los cuatro vientos "Será posible que esta tarada de Eva nos haya legado semejante maldición del dolor de ser mujer por un simple y desabrida manzana? No hubiera sido mucho mejor el sacrificio por un helado de dulce de leche? No hubiera sido un poco más tolerable pasar mes a mes sabiendo que al menos nuestro ancestro en el paraíso terrenal se clavó sin culpas una torta mousse de chocolate?   

Pero no, la muy zapato, nos heredó todo este sufrimiento de ser mujer y sufrir en el intento por una misera, estúpida, insípida, desabrida y cualunque manzana, menos mal que al menos era roja no?