En su bellísima obra "Tieta de Agreste, pastora de cabras" le hace pensar a su protagonista, Tieta, lo siguiente:
"Nunca ningún hombre, por más inconstante o mujeriego que fuera, la había dejado por otra. Lucas fue el único que tomó la iniciativa de romper. Ella había abandonado a todos los demás, sin excepción; ni bien sentía los primeros síntomas de cansancio, adiós; así evitaba el desfile de peleas, ruegos, acusaciones, mentiras y tristezas de final de romance. Abruptamente cortaba, apenas comprobaba la sensación de hastío. Lo hacía para conservar íntegro el recuerdo de la aventura, para sentir nostalgias, cuanto más, mejor. Pasiones, aventuras, amores fugaces o prolongados, románticos o lascivos, no son sino aventuras con final, lo que no impide que sea, cada una de ellas, en cierto momento, el amor exclusivo, único, definitivo e inmortal."
Lo recomiendo!
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