lunes, 19 de mayo de 2008

Crónicas deportivas II

(Azúcar! o de como la perseverancia logra lo que se considera casi un milagro)

Quienes leyeron la primera parte de esta historia (http://yestodondelopongo.blogspot.com/2008/02/crnicas-deportivas-episodio-i.html) sabrán que era casi un hecho que nuestra protagonista tuviera dos pies izquierdos y por tanto una absoluta y total falta de coordinación para el movimiento al ritmo de la música. Era un hecho. Y recalco el era, porque nuestra Malala no sólo se enfrentó a la claudicación de su compañera de ruta gimnástica, Carolina, quien decidió dedicarse a ser madre/trabajadora/estudiante/militante y mujer, debiendo por ello desertar del gimnasio, sino que se encontró que clase tras clase la pérfida profesora aumentaba la complicación de las coreografías y no conforme con provocarle frustración por su falta de coordinación ahora pretendía, la muy ladina, que nuestra muchacha lograra mover, con ritmo!, torso, cadera, cintura y piernas y ... en forma coordinada!

Dicen quienes la veían volver de sus clases que a pesar del dolor que le atenazaba el cuerpo por completo, Malala tomaba un ibuprofeno y continuaba perseverando. Hay quienes incluso llegan a arriesgar que la muchacha pedía a gritos que le cortaran no el párpado sino las piernas para acabar con su sufrimiento ...

En fin, como nada de esto ha podido ser confirmado, lo tomaremos como simples rumores que han venido a quedar olvidados ante los avances más que auspiciosos que nuestra protagonista ha logrado en el transcurso de las clases. Ya no debe soportar la mirada de lástima y simpatía por los inútiles que se reflejaba en la cara de la Prof. Karen, ahora a esa sonrisa ha venido a reemplazarla el más absoluto de los asombros.


Las fotos son simples ilustraciones (1)

Y como no entenderla? Ustedes deben saber que en cierto momento, Malala ha llegado a sospechar que sus padres le habían ocultado algún trastorno motriz sufrido en la infancia que explicara su bestial falta de coordinación. Esta sospecha ha quedado descartada ante la evidencia, no era ausencia de coordinación sino una simple falta de práctica.

Baste por contar que en la última clase la muchacha ha podido seguir la coreografía ENTERA sin tropezarse, patinarse o sencillamente estrellarse contra ningún objeto contundente y más aún, en el retorno a su hogar pudo observarse en su rostro una sonrisa que aún le perdura.

Seguiremos informando ...

N.de R.:(1) Vamos! Acaso pensaron que podía ser cierto? Sinceramente! Está bien que hubo avances pero ...

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