martes, 27 de mayo de 2008

Quien pudiera ser destinataria de estos versos



CANCIÓN DE UNA AMADA

Lo sé, amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,

y me tumbo en las piedras. Me veis beber el aguardiente más

barato, y camino desnudo al viento.

Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.

Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba

es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.

Ella vio que yo era malo, y me amó.

No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,

y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:

esto es todo. Y fue mi cuerpo.

Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una

nube cuando ha llovido, la abandoné y cayó, pues ése era su camino.

Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,

pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí, y me inclino ante

el viento.

B.Brecht

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