Entrega 1
Domingo, 16 horas, concurrido shopping de Quilmes cuyo logo es un elefantito, gente por todos lados, incluso debajo de las baldosas, niños correteando como fieras desatadas …
La acción transcurre en un local del shopping perteneciente a la marca Soho. Lucía y yo entramos a comprar el regalo para su cumple (después de tantos años de conocernos, ya no hace falta guardar el secreto sobre que le regalamos Lou y yo). Elije la prenda, le dice a la vendedora que se la lleva. La vendedora la pone en una fila de prendas que esperan pacientemente la aparición del cajero del local.
Pasan 5 minutos y la ropa se sigue acumulando …
Llega de la nada un ejemplar difícil de catalogar, entre modernoso y grasa, entre cool y mugriento pero cuidadamente descuidado, cantando y silbando, sin darle pelota a los clientes que esperaban ser atendidos. Masca chicle poniendo en riesgo los huesos de su mandíbula y la integridad física de los clientes, por un momento pensé que el chicle iba a sacarle un ojo a algunos de los presentes. Siempre tarareando un canción de rock nacional y mascando pregunta
-¿Quienasssta?
- Yo – le dice un musculoso malhumorado con cara de estreñimiento crónico
El cajero toma las prendas una por una y golpea las alarmas repetidamente sobre el cosito ese que las desactiva, vieron? Ese que parece una ficha de color crema …en fin! se que me entienden.
- 180 paaaasos
El musculoso paga y se va
- Quiansigueeeeee
- Yo – le digo
- Hmmm como lo pagás?
- Tarjeta – le doy el plástico y el DNI
- Te lo puedo hacer sólo en un pago
- Si, nunca te pedí que me hicieras cuotas …
- Buaaa – dice o balbucea mientras sigue mascando el maldito chicle y silba y tararea …
Salgo del local pensando, que país generoso! Si un ejemplar de este tipo es encargado de un local o al menos está al frente de la caja estamos perdidos …
Me fui del local deseándole que este ejemplar tan nuestro sufriera una displasia de mandíbula que le impidiera no sólo mascar chicle sino tararear y silbar música con dudosa afinación.
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