Este texto escrito por el maestro uruguayo Mario Benedetti llegó a mis manos el día de hoy, en el momento justo, en el momento en que quiero dedicárselo a mis compañeros de agrupación y a los que siguen en la lucha por un trabajo digno, por un salario justo, por los derechos que son nuestros y no se claudican y por la organización de los trabajadores por los trabajadores. A todos ellos les dedico las siguientes palabras:
Primero que todo: me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas,sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace....
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones,la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos produce mas que los caoticos esfuezos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegria.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las deciciones de un jefe.
Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero , la que no se averguenza de reconocer que no sabe algo o que se equivoco.
Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente ,a estos les llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados.
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.
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Por todo esto, agradezco todos los días el hecho de haberlos encontrado en mi camino. Un camino que no es sencillo, pero que tengo la certeza que podremos recorrer.
sábado, 31 de mayo de 2008
jueves, 29 de mayo de 2008
El sexo de los ángeles de Mario Benedetti
Una de las más lamentables carencias de información que han padecido los hombres y mujeres de todas las épocas, se relaciona con el sexo de los ángeles. El dato, nunca confirmado, de que los ángeles no hacen el amor, quizá signifique que no lo hacen de la misma manera que los mortales. Otra versión, tampoco confirmada pero más verosímil, sugiere que si bien los ángeles no hacen el amor con sus cuerpos (por la mera razón de que carecen de los mismos) lo celebran en cambio con palabras, vale decir con las adecuadas. Así, cada vez que Angel y Angela se encuentran en el cruce de dos transparencias, empiezan por mirarse, seducirse y tentarse mediante el intercambio de miradas que, por supuesto, son angelicales. Y si Angel, para abrir el fuego, dice: "Semilla", Angela, para atizarlo, responde: "Surco". El dice: "Alud" y ella, tiernamente: "Abismo". Las palabras se cruzan, vertiginosas como meteoritos o acariciantes como copos. Angel dice: "Madero". Y Angela: "Caverna". Aletean por ahí un Angel de la Guarda, misógino y silente, y un Angel de la Muerte, viudo y tenebroso. Pero el par amatorio no se interrumpe, sigue silabeando su amor. El dice: "Manantial". Y ella: "Cuenca". Las sílabas se impregnan de rocío y, aquí y allá, entre cristales de nieve, circulan el aire y su expectativa. Angel dice: "Estoque", y Angela, radiante: "Herida". El dice: "Tañido", y ella: "Rebato". Y en el preciso instante del orgasmo ultraterreno, los cirros y los cúmulos, los estratos y nimbos, se estremecen, tremolan, estallan, y el amor de los ángeles llueve copiosamente sobre el mundo.
miércoles, 28 de mayo de 2008
Alfredo Zitarrosa
Tomado de un reportaje algunas semanas antes de su muerte
Alguna vez le preguntaron qué cosas le gustaba hacer y su respuesta tal vez lo haya pintado de cuerpo entero. Contestó así: “Pensar, leer, escribir, charlar, discutir de buena fe, fumar, beber, tomar mate, caminar, la temperatura de 25 grados, pescar, criar animales y plantas, los colores verdes y ocre, los olores a nafta, a bota fresca, a limón, a humo de madera, el razonamiento de los niños, las posaderas de mi mujer, buscar un acorde en la guitarra, mis buenos recuerdos, los malos también cuando son claros; estar sentado tranquilo, viajar en ómnibus por la ciudad, el truco y la carambola, mi perro, mis manos y las de mi hija, algunos objetos que conservo: cajitas, huesos, dibujos papeles escritos, libros que he leído mucho; el campo a toda hora, el ruido de un motor afinado, las ciencias naturales, algunas voces humanas, mi lugar de trabajo, la gente honrada, sincera y generosa: los limpios y por sobre todo, compartir con ellos lo que más aprecio y hasta casi todo lo que amo”.
Y una se pone a pensar que cosas son las que me gustan y veo que me gusta estar con mis amigas de la infancia y ver como nuestras vidas cambiaron y evolucionaron, disfrutar de mis sobrinos y verlos crecer, charlar de todo un poco con mis hermanos, trabajar en lo que me gusta aunque no me de dinero, leer, mirar películas, caminar sola y tranquila, ir a mis clases de baile, ir a visitar a mi papá y verlo feliz, estar en y disfrutar mi casa, el olor a los jazmines, el calor de mi gata cuando se duerme acurrucada al lado de mi pierna, perderme mirando por la ventan, viajar, hablar con conocidos y no conocidos ... en fin, la lista continúa!
martes, 27 de mayo de 2008
Leemos a Angeles Mastretta
y su libro "Maridos" donde compila una cantidad interesante y variada de relatos cortos y algunos no tanto sobre las relaciones de pareja. Entre ellos, selecciono un fragmento del cuento "Con todo y todo" que dice:
"No dudó en asirse a la certidumbre de que se conocían de tantos años como no les era posible recordar. Seguramente, pensaba, se habían visto la primera vez en el 1754, quizás en Valencia, y otra vez o muchas durante el siglo XIX, a la mitad de una guerra o un baile, pero su encuentro en el 1967, en el cruce de la escalera justo en el centro de la ciudad de Puebla, los marcó en definitiva y para bien, aunque como otras veces todo estuviera a punto de terminar mal.
Quien sabe por qué la vida suele ponerles trampas a quienes miradas desde afuera no pueden sino ser pareja el resto de sus vidas, pero se ha dicho que tal sucede y está visto que no sólo ellos, sino algo del mundo se entristece cuando se pierden uno al otro."
No les da ganitas de leerlo? No se resistan!!!!!
"No dudó en asirse a la certidumbre de que se conocían de tantos años como no les era posible recordar. Seguramente, pensaba, se habían visto la primera vez en el 1754, quizás en Valencia, y otra vez o muchas durante el siglo XIX, a la mitad de una guerra o un baile, pero su encuentro en el 1967, en el cruce de la escalera justo en el centro de la ciudad de Puebla, los marcó en definitiva y para bien, aunque como otras veces todo estuviera a punto de terminar mal.
Quien sabe por qué la vida suele ponerles trampas a quienes miradas desde afuera no pueden sino ser pareja el resto de sus vidas, pero se ha dicho que tal sucede y está visto que no sólo ellos, sino algo del mundo se entristece cuando se pierden uno al otro."
No les da ganitas de leerlo? No se resistan!!!!!
Quien pudiera ser destinataria de estos versos
CANCIÓN DE UNA AMADA
Lo sé, amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,
y me tumbo en las piedras. Me veis beber el aguardiente más
barato, y camino desnudo al viento.
Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.
Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba
es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.
Ella vio que yo era malo, y me amó.
No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,
y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:
esto es todo. Y fue mi cuerpo.
Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una
nube cuando ha llovido, la abandoné y cayó, pues ése era su camino.
Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,
pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí, y me inclino ante
el viento.
B.Brecht
lunes, 26 de mayo de 2008
Leemos a Jorge Amado
En su bellísima obra "Tieta de Agreste, pastora de cabras" le hace pensar a su protagonista, Tieta, lo siguiente:
"Nunca ningún hombre, por más inconstante o mujeriego que fuera, la había dejado por otra. Lucas fue el único que tomó la iniciativa de romper. Ella había abandonado a todos los demás, sin excepción; ni bien sentía los primeros síntomas de cansancio, adiós; así evitaba el desfile de peleas, ruegos, acusaciones, mentiras y tristezas de final de romance. Abruptamente cortaba, apenas comprobaba la sensación de hastío. Lo hacía para conservar íntegro el recuerdo de la aventura, para sentir nostalgias, cuanto más, mejor. Pasiones, aventuras, amores fugaces o prolongados, románticos o lascivos, no son sino aventuras con final, lo que no impide que sea, cada una de ellas, en cierto momento, el amor exclusivo, único, definitivo e inmortal."
Lo recomiendo!
jueves, 22 de mayo de 2008
Vivir y morir al sur de la Ciudad de Buenos Aires
En el Diario La Nación de hoy sale una nota que voy a copiar al final de este post donde se dice que en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires las expectativas de vida son bastante menores comparadas con la zona norte de la misma metrópoli, hasta acá no hay demasiadas novedades. Como vecina de Villa Lugano puede ver desde siempre que los que allí viven son constantemente relegados en todos los planos de la vida en sociedad.
La zona sur de la ciudad de Buenos Aires no se agota en Villa Lugano, sino que incluye Villa Soldati, Pompeya, Barracas y algunos otros barrios más, pero en este caso quiero ocuparme de Lugano, sitio que conozco y no porque me contaron. Según consta en la página del GCBA (http://www.buenosaires.gov.ar/areas/barrios/buscador/ficha.php?id=39) Villa Lugano tiene 108.170 habitantes, según el censo de 2001.
Tomando el poema de Baldomero Fernández Moreno y con las licencias literarias del caso podríamos decir que 108.170 habitantes y NINGUN HOSPITAL. A sus gobernantes, que les pasa? Están tan ciegos que no ven que los que en este barrio viven necesitan un hospital? Que no se suple la falta de un nosocomio con 6 Centros de Salud o salitas?
Con suerte en estos centros encontraremos un médico que atienda, cuando no se le ordene que a pesar de encontrarse en su lugar de trabajo no deberá atender a nadie y quedarse a disposición de la ambulancia del SAME destinada a esa salita.
Si hablamos de educación, tiene 108.170 habitantes y sólo 11 escuelas primarias y 12 jardines de infantes, de las cuales 4 son de jornada completa. TODAS COLAPSADAS, afectadas por la falta de maestros, por la falta de personas auxiliar, atravesadas por la violencia familiar y escolar. Con un sólo gabinete psicológico por distrito.
Si la educación y las posibilidades de completar la escolaridad van de la mano de la disponibilidad de puestos sanitarios existentes en la zona y eso arroja que la expectativa de vida se ve condicionada, a alguien le podría llamar la atención que en Villa Lugano sus habitantes se mueran en promedio 10 años que en Palermo? Palermo con sus 225.245 habitantes tiene dos hospitales y un centro de salud. Y en cuanto a educación tiene 22 jardines de infantes, 22 escuelas primarias, 15 de las cuales son jornada completa.
Hace unos meses comenzaron la construcción de un hospital para Lugano, las obras tenían una velocidad incréíble hasta fin de año ... misteriosamente se paró la construcción. Todavía recuerdo cuando Mauricio Macri en su campaña para Jefe de Gobierno en el 2003 prometía la construcción de un hospital aún cuando no fuera electo, se había comprometido a impulsar esta obra. Van a cumplirse 6 meses y las obras no avanzan pero tenemos que leer artículos como el siguiente ...
Aquí va el artículo
La Nación - Nota - Opinión - Pag. 19
Salud al Sur
Por Carlos Javier Regazzoni Para LA NACION
En la comuna 8 de la ciudad de Buenos Aires, la muerte ocurre, en promedio, entre los 71 y 69 años de edad, mientras que en la 2 ello sucede entre los 79 y 78 años, respectivamente. La comuna 8 es Lugano; la 2, Recoleta.
Cuando hablamos de expectativa de vida, los médicos nos referimos a la edad promedio de muerte para un grupo determinado. Y ese dato muestra una diferencia de 10 años entre el norte y el sur de la ciudad.
El dato es impresionante, aunque esperable. En todo el mundo se observa un fenómeno similar, síntoma dramático de la postergación social. Estados Unidos, Inglaterra, España y otros han comprobado diferencias de 10 y hasta 15 años en la esperanza de vida de sus habitantes según el nivel de ingreso. Afín con esto, el ingreso promedio en las comunas 4 u 8 (las dos al Sur) resulta cinco veces inferior al de las comunas 2 o 13 (del Norte), con impacto directo sobre la salud. Llamativamente, igual ocurre en países con sistemas socializados de asistencia médica como el Reino Unido; allí también, quien menos gana, vive en promedio menos años, a pesar de tener un acceso bastante equitativo a la salud.
Con esto no pretendemos excusar las deficiencias de atención médica que sufre la zona sur desde hace años, hecho ya denunciado por las autoridades. Pero sí buscamos integralidad. La salud no sólo depende de hospitales, medicamentos y vacunas. Tanto o más importantes son los que la Organización Mundial de la Salud llama "determinantes sociales de la salud": ingreso, desocupación, escolarización, infraestructura, calidad ambiental y participación social, entre otros. Sólo mediante la intervención en todos estos factores relacionados al desarrollo social que puede revertirse el hecho sanitario.
La zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, además de los niveles más bajos de ingreso, presenta los porcentajes más bajos de estudios secundarios completos, un retraso innegable en infraestructura y uno de los problemas ambientales más serios del mundo con la cuestión del Riachuelo. De todo esto depende, directamente, la mayor mortalidad observada.
De entre los determinantes sociales de la salud hay uno que capta la atención de los investigadores con singular fuerza; la relación entre esperanza de vida y nivel de escolarización. Las pruebas son mundialmente concluyentes: a más años de escolaridad, mayor esperanza de vida, y esto independientemente de los niveles de riqueza. Las causas de esta asociación se desconocen, pero intervendrían la autoestima, el estrés y la depresión, cuestiones asociadas a los beneficios derivados del nivel de educación.
En nuestra ciudad, la relación entre edad promedio al morir y porcentaje de personas con secundario completo por comuna es brutalmente lineal, y más fuerte que la relación establecida con el nivel de ingreso. En la zona sur, sólo el 17 al 20% de los adultos completó estudios secundarios, contra el 55 al 70% en la zona norte. Esta iniquidad perjudica la salud de las poblaciones respectivas.
El corolario es evidente. El Sur debe existir para las políticas públicas en general, único medio de mejorar la salud de su gente. Y esto es mejor para todos los porteños. Está demostrado que las comunidades con estatus sanitario más asimétrico mostraban también peor desempeño en todos sus niveles sociales. Buenos Aires es muy inequitativa. Mirar al Sur es una excelente manera de hacernos justicia a todos.
El autor es doctor en medicina (UBA); subsecretario de Desarrollo Social en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
lunes, 19 de mayo de 2008
Crónicas deportivas II
(Azúcar! o de como la perseverancia logra lo que se considera casi un milagro)
Quienes leyeron la primera parte de esta historia (http://yestodondelopongo.blogspot.com/2008/02/crnicas-deportivas-episodio-i.html) sabrán que era casi un hecho que nuestra protagonista tuviera dos pies izquierdos y por tanto una absoluta y total falta de coordinación para el movimiento al ritmo de la música. Era un hecho. Y recalco el era, porque nuestra Malala no sólo se enfrentó a la claudicación de su compañera de ruta gimnástica, Carolina, quien decidió dedicarse a ser madre/trabajadora/estudiante/militante y mujer, debiendo por ello desertar del gimnasio, sino que se encontró que clase tras clase la pérfida profesora aumentaba la complicación de las coreografías y no conforme con provocarle frustración por su falta de coordinación ahora pretendía, la muy ladina, que nuestra muchacha lograra mover, con ritmo!, torso, cadera, cintura y piernas y ... en forma coordinada!
Dicen quienes la veían volver de sus clases que a pesar del dolor que le atenazaba el cuerpo por completo, Malala tomaba un ibuprofeno y continuaba perseverando. Hay quienes incluso llegan a arriesgar que la muchacha pedía a gritos que le cortaran no el párpado sino las piernas para acabar con su sufrimiento ...
En fin, como nada de esto ha podido ser confirmado, lo tomaremos como simples rumores que han venido a quedar olvidados ante los avances más que auspiciosos que nuestra protagonista ha logrado en el transcurso de las clases. Ya no debe soportar la mirada de lástima y simpatía por los inútiles que se reflejaba en la cara de la Prof. Karen, ahora a esa sonrisa ha venido a reemplazarla el más absoluto de los asombros.
Baste por contar que en la última clase la muchacha ha podido seguir la coreografía ENTERA sin tropezarse, patinarse o sencillamente estrellarse contra ningún objeto contundente y más aún, en el retorno a su hogar pudo observarse en su rostro una sonrisa que aún le perdura.
Seguiremos informando ...
Quienes leyeron la primera parte de esta historia (http://yestodondelopongo.blogspot.com/2008/02/crnicas-deportivas-episodio-i.html) sabrán que era casi un hecho que nuestra protagonista tuviera dos pies izquierdos y por tanto una absoluta y total falta de coordinación para el movimiento al ritmo de la música. Era un hecho. Y recalco el era, porque nuestra Malala no sólo se enfrentó a la claudicación de su compañera de ruta gimnástica, Carolina, quien decidió dedicarse a ser madre/trabajadora/estudiante/militante y mujer, debiendo por ello desertar del gimnasio, sino que se encontró que clase tras clase la pérfida profesora aumentaba la complicación de las coreografías y no conforme con provocarle frustración por su falta de coordinación ahora pretendía, la muy ladina, que nuestra muchacha lograra mover, con ritmo!, torso, cadera, cintura y piernas y ... en forma coordinada!
Dicen quienes la veían volver de sus clases que a pesar del dolor que le atenazaba el cuerpo por completo, Malala tomaba un ibuprofeno y continuaba perseverando. Hay quienes incluso llegan a arriesgar que la muchacha pedía a gritos que le cortaran no el párpado sino las piernas para acabar con su sufrimiento ...
En fin, como nada de esto ha podido ser confirmado, lo tomaremos como simples rumores que han venido a quedar olvidados ante los avances más que auspiciosos que nuestra protagonista ha logrado en el transcurso de las clases. Ya no debe soportar la mirada de lástima y simpatía por los inútiles que se reflejaba en la cara de la Prof. Karen, ahora a esa sonrisa ha venido a reemplazarla el más absoluto de los asombros.
Las fotos son simples ilustraciones (1)
Baste por contar que en la última clase la muchacha ha podido seguir la coreografía ENTERA sin tropezarse, patinarse o sencillamente estrellarse contra ningún objeto contundente y más aún, en el retorno a su hogar pudo observarse en su rostro una sonrisa que aún le perdura.
Seguiremos informando ...
N.de R.:(1) Vamos! Acaso pensaron que podía ser cierto? Sinceramente! Está bien que hubo avances pero ...
jueves, 8 de mayo de 2008
Leemos a Jorge Fernández Díaz
Quien en su libro "Corazones desatados" nos invita a recorrer a través de algunos cuentos y una nouvelle lo que mujeres y hombres somos capaces de hacer (o no) por amor. Los invito a compartir unas líneas que llamaron mi atención y me dejaron pensando, corresponden a la nouvelle titulada "El amor es muy puto" y dice:
"Helena García se levantó para ir al baño del subsuelo. Se miró en el espejo y descubrió que había estado lagrimeando. Buscó el delineador, el rimel y la sombra, y estuvo trabajando un rato para recuperar cierto estado de decencia civil. Al regresar a la mesa se encontró con el whisky cargado de hielo. Fernández cerró su celular y le propuso un brindis. Brindaron por las cursilerías de la vida real. Ella se mojó los labios, suspiró ruidosamente y dijo:
- Hablando de cursilerías, ahí van dos o tres que a Fitzgerald y a Bioy les pondrían los pelos de punta.
- A ver.
- Yo no estaba enamorada de Guillermo sino de la idea de amar sin frenos a un igual. Y no estaba enamorada de un hombre en particular sino de estar enamorada. ¿Qué hay más glorioso que estar enamorada?
- Los que se enamoran del amor son proclives a la entrega absoluta y por tanto a la decepción - le previno Fernández, como si supiera.
- Claro, nunca la realidad resulta tan extraordinaria como la imaginamos, y la pasión sin límites termina por asustar siempre al otro, no?
- Le pasaba a Borges, que se entregaba tanto.
- Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo."
Y eso me pone a pensar, cuántas veces nos enamoramos del amor? Los invito a contarme sus historias, yo prometo contar la mía.
martes, 6 de mayo de 2008
80%How Addicted to Blogging Are You?
Bien, siguiendo la propuesta de Betu (http://betina-pascar.blogspot.com/) me fui a probar cuando adicta soy a este tema de los blogs (si chicos, se que es una redundancia y que todos saben que estoy absolutamente loca pero ... quería hacer una confirmación empírica)
Así que como dice un filósofo contemporáneo "si te gusta el durazno, bancate la pelusa"
Bien, siguiendo la propuesta de Betu (http://betina-pascar.blogspot.com/) me fui a probar cuando adicta soy a este tema de los blogs (si chicos, se que es una redundancia y que todos saben que estoy absolutamente loca pero ... quería hacer una confirmación empírica)
Así que como dice un filósofo contemporáneo "si te gusta el durazno, bancate la pelusa"
viernes, 2 de mayo de 2008
Juan de San Juan
Esta historia es personal y le puse Juan de San Juan porque así se denominó a sí mismo este personaje maravilloso que conocí hace una semana en la Plaza Dorrego del Barrio de San Telmo. Con algunos compañeros/ amigos solemos ir de vez en cuando a esta zona para picotear algo, beber unas ricas cervezas y charlar de la vida en general y en particular. La zona como saben los que alguna vez anduvieron por allí está repleta de artesanos y personas que manguean, así que no me pareció extraño cuando Juan, con un acento centroamericano y un andar inestable, se acercó a nuestra mesa y le dio la mano a mi querido amigo Goro, preguntándole si acaso el era Papá Noel.
Aclaro que no es la primera vez que sucede, ya voy a poner una foto de él para que vean porque suceden estas cosas … así que, por curiosidad escuché el diálogo que se dio entre ellos y me quedé fascinada por las cosas que este personaje decía.
Juan contaba sobre su visión de la vida, que estaba constantemente en viaje y que en ese momento estaba juntando dinero para partir rumbo a Misiones, que a cambio de una colaboración el te daba unas lindas pulseras hechas por sus manos y hasta ahí no hay nada extraño, podría haber sido uno más de los tantos que pasan por las mesas ofreciendo sus productos y artesanías, pero Juan no era como cualquier otro.
Una persona apurada o sin ganas de escucharlo podría haber dicho que era pura cháchara de alguien que había fumado algún porrito pero las cosas que decía eran realmente interesantes. En la mesa también estaba Lola, otra amiga/ compañera, a quien al principio Juan decidió dedicarle una poesía, pero en el momento de comenzar a recitarla se giró hacia mí y tomándome la mano me dijo “esta poesía también es para vos, es sobre las mariposas y las mujeres”. Ahora no recuerdo como decía pero me emocionó, era sencilla, contundente, hermosa.
Terminada la poesía, el Goro nos compró pulseritas para Lola, para mí y una para Moni que, aunque no había podido estar con nosotros, la tenemos siempre CON NOSOTROS. Pero no fue tan sencillo como te doy la pulserita, dame la plata, nononono. Juan nos hizo elegir las pulseras a Lola y a mí y nos pidió que pidiéramos un deseo por cada uno de los 3 nudos que él mismo haría, eso si, el deseo no tenía que ser un milagro, sino SIMPLEMENTE UN DESEO.
Ok, pensamos que ya se terminaba la charla, Juan había logrado su cometido, había vendido las pulseritas, nosotras habíamos pedido un deseo y el Goro había pagado (jejeje), pero no, y aquí es donde viene la parte más importante, al menos para mí.
Nuevamente se giró Juan hacia mí y tomándome la mano y mirándome a los ojos me dijo, te voy a contar una historia y arrancó “Yo tenía una amiga en el asentamiento que hay detrás de la Ciudad Universitaria y que siempre estaba triste porque se veía gorda y sentía que nadie la quería ni podría amarla. Un día, Juan fue a caminar con ella y mostrándole unos árboles similares a los que hay en la Plaza Dorrego le preguntó ‘Te gustan esos árboles?’, a lo que ella respondió que si. Juan entonces le dijo, quien te dijo que la belleza tiene una forma determinada? Vos creés que el sol que se posa sobre ellos los elige porque tienen una forma determinada? Vos creés que el sol cuando se oculta detrás de una montaña lo hace porque siente que es la forma más bonita que pueda haber? No, la belleza no tiene forma y nadie, nadie, puede decir cual es la forma de la belleza.”
Fin de la historia y lágrimas en mis ojos se produjeron casi al unísono. Juan había puesto en palabras sencillas y contundentes algo que rondaba en mi cabeza, pero que él, por supuesto, no sabía. Nunca nos habíamos visto. Cuando terminó el relato me miró fijamente y me dijo, “vos creés sinceramente que Dios no tiene pensado poner a nadie en tu camino? Te equivocás!”.
Y luego de algunas palabras más, se fue por donde vino, no sin antes decirnos que muchas veces hay que creer en los ángeles que se cruzan en nuestro camino. Fin de la historia … o no?
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