martes, 26 de agosto de 2008

Aquí no hay quien viva - El misterio de la bolsa de residuos




Digno título para un libro protagonizado por Mr. Poirot o bien por Miss Marple, pero no, en este caso nos tendremos que conformar con los talentos locales y, para ser más precisos, con quien estas líneas escribe para saber quien cuernos es el dueño de la bolsa de consorcio que apareció llena de escombros en el descanso de la escalera que va entre el 8º y el 9º del edificio donde vivo.

El domingo 17 de agosto hizo su aparición triunfal. En ese momento y por ser domingo, pensé que era algo momentáneo, todavía pienso que la gente se hace responsable de, al menos, sus propios residuos. Pero no! El lunes 18 la bolsa no sólo seguía ahí, sino que ahora estaba desparramada por todo el piso. Respiré hondo, miré la hora en el celular, eran las 23.30 y consideré que no era un momento adecuado para empezar con las indagatorias, volví a respirar hondo, puteé a todos los vecinos en todos los idiomas y dialectos conocidos y me metí en mi departamento.

Martes 19, por esas cosas de la vida llego temprano y me encuentro con que la bolsa está rota y su contenido desparramado por la escalera. Hecha una tromba de furia subo al 9º y cuando estoy subiendo el segundo tramo de escaleras me encuentro con una bolsita de basura tirada en la escalera … nuevamente puteadas en coreana, swahili y turco, toco el timbre del 9ºB para averiguar si sabían quien estaba haciendo arreglos en su casa. No saben nada, me dicen. Yo no quiero sospechar de nadie pero … la bolsa de basura no tiene patitas, los escombros no son livianos y aunque soy una seguidora de los Expedientes X todavía no creo que en la generación espontánea de los mismos.

Pregunto si tampoco saben de quien es la bolsa de basura de las escaleras y me dicen que “hay una vecina que tiene esa costumbre”, cuando pregunto quien es me responden caras suspicaces que insinúan pero nada dicen y no me extraña, no es la primera vez que tengo que toparme con gente que por quedar bien con el vecino puede convivir con la mugre o con la injusticia más flagrante. Bajo, todavía puteando, llamo a mi vecina del 6º B y le pregunto quien podría ser, me dice que no tiene idea pero ni aún así me detengo y logro saber quien sería la dueña de la bolsa pequeña pero no así de la bolsa de escombros.

Miércoles 20, me encuentro con la ayudante de encargada y le digo que si se llega encontrar con otra bolsita de basura en la escalera, por orden mía, revisora de cuentas y miembro del consejo de administración (ad hoc), proceda a colocarla en la puerta del departamento de donde salió (cara de sorpresa) “ … sino te animás, me avisás y lo hago yo!”

Hoy, martes 26, la bolsa con escombros sigue ahí y de los dueños de la misma ni noticias! … pero sépanlo, cuando me entere cuál es el departamento, se van a encontrar con una linda alfombra rústica en la entrada de la casa …




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