Flora y fauna urbana
Vivir en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires no es sencillo. No lo es porque los medios de transporte no alcanzan para llevar y traer a las personas que venidas del Conurbano utilizan las redes de transporte de este sector de la ciudad. Porque a poco de comenzar sus recorridos los colectivos están atestados y es casi una misión suicida intentar subir.
Aún así, hay que ir a trabajar y lo más importante … HAY QUE VOLVER! En eso me encontraba yo en el día de ayer, volviendo de mi trabajo en el microcentro porteño. Ya en la estación de subte Bolívar había bastante caos, la gente amontonada en los andenes, peleas por apretarse un poco más dentro del vagón y sentirse en vivo y en directo como vaca transportada al matadero. Si hasta hubo empujones entre una señorita y un señor que se gritaban e insultaban para ver quien había comenzado a empujar primero!
Yo estaba esperando con Manu, mi amiga y compañera de trabajo, que si hay algo que reconocerle es la tranquilidad, a pesar de las catástrofes y los apuros, ella se mantiene tranquila como si recién se levantara de dormir la más reconfortante de las siestas. Con una sola mirada entendimos que la gente está cada vez más loca y que no sabemos como pueden viajar así. Seguimos esperando por el próximo tren.
Con poca suerte tuvimos que viajar paradas hasta bastante avanzado el recorrido, pero finalmente cada una llegó a destino. Cada una por su lado, a mí me tocaba continuar la travesía combinando el subte con el premetro. (para los que no saben que es el premetro acá les dejo info http://www.metrodelegados.com.ar/spip.php?article915)
Bueno, llegué a la Estación Virreyes en medio de una lluvia infernal para encontrarme con que los coches tenían un atraso estimado de 10 minutos y enseguida pensé, zas! Acá suspenden el servicio, porque no se si saben que cuando llueve mucho el servicio tiene que ser suspendido … supongo que se debe a que la zona que recorre se inunda con mucha facilidad, tapando las vías … no se. En fin, hice la fila y esperé a que saliera el próximo servicio.
Pero claro, siempre que hay una buena costumbre hay 80 que no lo son, porque para que podría haber un cartel indicando para donde formar fila si muchos de los supuestos “avivados” que ni bien salen de la boca del subte se quedan delante de donde se parará el coche del premetro y así adelantarse a los pelotudos que hacemos fila … Claro que, luego de vivir buena parte de mi vida por la zona sur ni se me ocurriría interpelar a esos sujetos … soy valiente pero no como vidrio vieron?
Llega el coche y como si fuera la última tabla que queda a flote del Titanic se lanzan sobre las puertas, arrastrando a todo lo que se ponga a su paso y vos que hiciste la fila te quedás para lo último y con suerte conseguís un asiento … Suerte la mía, logré sentarme. Pero como les dije llovía y mucho, pero más llovía adentro del coche, caían cataratas por las ventanas y desde el techo, lo que me hizo pensar que si no me quedara tan lejos, a lo mejor me convenía caminar …
Aún así, llegué a mi parada en condiciones digamos que dignas, aunque un poco malhumorada y mojada en exceso … Así que, ya saben, si quieren conocer como se viaja en el lejano sur de la CABA, vengan! Que seguro se van a divertir …
Vivir en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires no es sencillo. No lo es porque los medios de transporte no alcanzan para llevar y traer a las personas que venidas del Conurbano utilizan las redes de transporte de este sector de la ciudad. Porque a poco de comenzar sus recorridos los colectivos están atestados y es casi una misión suicida intentar subir.
Aún así, hay que ir a trabajar y lo más importante … HAY QUE VOLVER! En eso me encontraba yo en el día de ayer, volviendo de mi trabajo en el microcentro porteño. Ya en la estación de subte Bolívar había bastante caos, la gente amontonada en los andenes, peleas por apretarse un poco más dentro del vagón y sentirse en vivo y en directo como vaca transportada al matadero. Si hasta hubo empujones entre una señorita y un señor que se gritaban e insultaban para ver quien había comenzado a empujar primero!
Yo estaba esperando con Manu, mi amiga y compañera de trabajo, que si hay algo que reconocerle es la tranquilidad, a pesar de las catástrofes y los apuros, ella se mantiene tranquila como si recién se levantara de dormir la más reconfortante de las siestas. Con una sola mirada entendimos que la gente está cada vez más loca y que no sabemos como pueden viajar así. Seguimos esperando por el próximo tren.
Con poca suerte tuvimos que viajar paradas hasta bastante avanzado el recorrido, pero finalmente cada una llegó a destino. Cada una por su lado, a mí me tocaba continuar la travesía combinando el subte con el premetro. (para los que no saben que es el premetro acá les dejo info http://www.metrodelegados.com.ar/spip.php?article915)
Bueno, llegué a la Estación Virreyes en medio de una lluvia infernal para encontrarme con que los coches tenían un atraso estimado de 10 minutos y enseguida pensé, zas! Acá suspenden el servicio, porque no se si saben que cuando llueve mucho el servicio tiene que ser suspendido … supongo que se debe a que la zona que recorre se inunda con mucha facilidad, tapando las vías … no se. En fin, hice la fila y esperé a que saliera el próximo servicio.
Pero claro, siempre que hay una buena costumbre hay 80 que no lo son, porque para que podría haber un cartel indicando para donde formar fila si muchos de los supuestos “avivados” que ni bien salen de la boca del subte se quedan delante de donde se parará el coche del premetro y así adelantarse a los pelotudos que hacemos fila … Claro que, luego de vivir buena parte de mi vida por la zona sur ni se me ocurriría interpelar a esos sujetos … soy valiente pero no como vidrio vieron?
Llega el coche y como si fuera la última tabla que queda a flote del Titanic se lanzan sobre las puertas, arrastrando a todo lo que se ponga a su paso y vos que hiciste la fila te quedás para lo último y con suerte conseguís un asiento … Suerte la mía, logré sentarme. Pero como les dije llovía y mucho, pero más llovía adentro del coche, caían cataratas por las ventanas y desde el techo, lo que me hizo pensar que si no me quedara tan lejos, a lo mejor me convenía caminar …
Aún así, llegué a mi parada en condiciones digamos que dignas, aunque un poco malhumorada y mojada en exceso … Así que, ya saben, si quieren conocer como se viaja en el lejano sur de la CABA, vengan! Que seguro se van a divertir …
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