… uno puede escuchar muchas cosas. Insultos, bocinazos, discusiones en persona y por teléfono, frenadas, fragmentos de diálogos y acá me detengo, en los diálogos que uno puede escuchar si le presta atención.
Eso es algo que no me suele pasar porque para andar por la ciudad y salvo que vaya con alguna persona a mí lado, llevo puesto los auriculares con música. Si, ya se, suena a querer aislarse del mundo, pero no es así. Se los juro!
Resulta que esta mañana salí de casa y los pocos minutos comenzó mi guerra con el Nokia 5200 que tengo como celular (maldita porquería!) el cual insistía en colgarse y dejarme sin música y, por supuesto, sin teléfono!
Así las cosas, comencé mi viaje hasta el trabajo y luego de bajar del colectivo y comprar unos sahumerios artesanales que venden en la Plaza Roma, emprendí mi marcha hacia la oficina. Y ahí lo escuché.
El diálogo se daba a mis espaldas. Una voz de mujer que decía “No se peleen, mi mano es tan grande como mi corazón y caben perfectamente los dos … y hasta me sobra lugar!” Inmediatamente me di vuelta para ver a una joven mamá con dos chiquitos. La mujer hacía malabares entre las mochilas que colgaban de una de sus manos y con la otra llevaba a los dos pequeñitos.
La escena me conmovió y mucho. La miré, le sonreí y seguí caminando, pero esta vez pensando en ¿cuántas personas nos caben en el corazón? ¿Tomamos conciencia de la cantidad de amor que somos capaces de dar? ¿Alguna vez reflexionamos sobre nuestros afectos?
Los invito a pensar y, si tienen ganas, a que me cuenten.
2 comentarios:
Lau, hace tiempo que no pasaba por acá, y quería dejarte un saludo.
Muy tierna la anécdota que contás!
Gracias In! Besos
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