jueves, 24 de enero de 2008

Callar

Este es un tema sobre el que venimos hablando mucho, sobre todo con Pablo, y por ello a él va dedicado. No lo escribí, desconozco su autor. Lo que intento con esto es demostrar que muchas veces no hace falta verbalizar las cosas o por lo menos no apurar ese momento. Capisce? Jaja

Un juego que practican los que entienden que todos los interrogantes no necesitan una respuesta. Que la solución no siempre llega, al abrir la boca.

¿Para qué decirlo todo? ¿Por qué no conservar en el interior una dosis de lo que se piensa? ¿Por qué no convertir en secreto, alguna de las ideas que hacen su aparición sin previo aviso, al menos con la ilusión de que el tiempo las madure y las transforme en ideas más desarrolladas?¿Por qué no entender que a la palabra le cuesta ser tan rápida como el cerebro? ¿Y que no todo lo que cruza por la mente necesita convertirse en palabras? Entender que también se puede hablar con gestosEntender que el silencio a veces grita.

¿Y si calláramos sin otro motivo que nuestra propia voluntad? Callar para escuchar. Callar para mirar. Callar para entender.Callar para aprender. Callar para comprender que el silencio puede ser la antesala de los sonidos más hermosos…

¿Cuántas veces hubieras preferido pensarlo un poquito mas? ¿Cuántas veces hubiéramos preferido callar? A veces hubiera bastado una mirada sostenida. Quizás tus ojos sobre los ojos del otro. Intentar adivinar el significado de su brillo o leer el futuro inmediato, más allá de la pupila. Queremos decir muchas cosas. ¿Será este el mejor momento? ¿Serán estas las mejores palabras?¿Qué sería mas conveniente? ¿Apretar los labios y permitir que las ideas circulen dentro nuestro sin que salgan al exterior? ¿Como esperando desarrollarlas, tenerlas mas claras, estar mas seguros? ¿Y si practicáramos alargar el espacio entre las preguntas y las respuestas?

Dejando que los músculos se dibujen en nuestro rostro como esperando una señal?

Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: ¿Para qué decirlo?

2 comentarios:

Pablo dijo...

Callar por callar? No sé hasta que punto es preferible callarnos, guardarnos, reservarnos ciertas cosas... y más que nada cuando se trata de lo que sentímos.
Es cierto que hay emociones o pensamiento que a veces es mejor dejarlas en suspeso, o cultivarlas para que el día de mañana maduren bien.
Entiendo perfectamente el concepto de lo que plantéas Lau, y respeto tu parecer... "cada uno tiene sus tiempos", no?

Sugus dijo...

Es bien cierto que hay palabras que una vez dichas hubieramos deseado callar.
Como también que muchas veces callamos por verguenza, por timidez, por miedo, por orgullo, por necedad, tantas palabras que hubieran sido tan necesarias para aliviar, consolar, hacer acuerdos, entendernos, acercarnos.
Mas que callar o hablar, el tema sería prestarnos la suficiente atención para saber los tiempos mejores para las palabras o los silencios.
Y hay tantos modos de hablar además!
Una mirada, un abrazo, dar la mano, un beso, muchas veces dicen más que mil palabras. Y dicen mejor, porque es más difícil mentir con ellos, no?