No, no es el título de una novela perdida de Jane Austen, ni nada que se le parezca. Tampoco la última película con Hugh Grant y Julia Roberts, no.
Es sencillamente una invitación a que Uds. mis queridos amigos y lectores me ayuden a pensar algo que viene dando vueltas en mi cabeza hace bastante tiempo. Está la sensibilidad peleada a muerte con la fortaleza de carácter? Ser una mina fuerte impide que a veces necesite con desesperación un abrazo? Es incompatible? Yo creo que no, pero muchas veces no se que pensar.
Y ojo, esto no es una recriminación. Nada de eso! Se que buena parte de todo este entuerto lo genero yo mismita, si señor, la que estas líneas escribe por mostrarme como una mina que todo le importa un reverendo rábano, que puede pelear todas las batallas y "pararse de manos" con quien sea. Pero, mis queridos, sépanlo! No puedo hacer todo esto! No, no y no.
Muchas veces, en situaciones difíciles o situaciones alegres, muero por una muestra de cariño. Tampoco que me anden encima todo el día! Que va! pero un cariño, un beso, un abrazo, son tan necesarios! No saben cuanto. Y ustedes se preguntarán porque justamente hoy me pongo a plantear esto.
Muy sencillo. Ayer fui a visitar a mi viejo, muchos de ustedes saben la historia (mis hermanos que a lo mejor me lean, obviamente la conocen de memoria), los que no la saben, lo lamento pero no voy a contarla de nuevo, es una historia larga y aún me duele. Lo cierto es que ayer fui a verlo y cuando me vio me dedicó una sonrisa como hacía mucho no veía en su cara, y no sólo eso, sino que me dio un abrazo! Saben que feliz me sentí? No se imaginan!
Y no porque mi viejo nunca me hubiera abrazado. No señor! Pero ayer, especialmente ayer me sentí chiquita otra vez. No se rían, no sean malos! Y cuando salimos de verlo junto con mi hermana y nos fuimos a tomar algo juntas, me vino a la memoria el motivo por el cual sospecho que me gusta el boxeo, vieron como son recovecos de la memoria, bueno, insondables, inmanejables y recordé entonces cuando yo era chica, unos 11 o 12 años y me quedaba los sábados a la noche con papi viendo peleas de boxeo. Se imaginarán lo poco que me importaba el deporte, era sólo el hecho de estar él y yo en "nuestro " momento juntos.
Ese momento equivalía un abrazo, un beso y una sonrisa. Todo junto. Porque no voy a mentirles diciendo que en mi casa no éramos afectuosos, pero convengamos que teníamos un modo diferente de expresarnos el cariño. No éramos muy demostrativos físicamente hablando. Será por eso que yo con mis sobrinos (propios y ajenos) soy todo lo contrario? Cargosa, quizás?
Bueno, pero volviendo a la actualidad, les vuelvo a preguntar, es incompatible para uds. la necesidad de afecto con la impostura de fortaleza? Yo creo que no, pero espero sus comentarios, que van a ayudar a poner en orden estos pensamientos que tan a mal traer me tienen.
Gracias por leer!
Es sencillamente una invitación a que Uds. mis queridos amigos y lectores me ayuden a pensar algo que viene dando vueltas en mi cabeza hace bastante tiempo. Está la sensibilidad peleada a muerte con la fortaleza de carácter? Ser una mina fuerte impide que a veces necesite con desesperación un abrazo? Es incompatible? Yo creo que no, pero muchas veces no se que pensar.
Y ojo, esto no es una recriminación. Nada de eso! Se que buena parte de todo este entuerto lo genero yo mismita, si señor, la que estas líneas escribe por mostrarme como una mina que todo le importa un reverendo rábano, que puede pelear todas las batallas y "pararse de manos" con quien sea. Pero, mis queridos, sépanlo! No puedo hacer todo esto! No, no y no.
Muchas veces, en situaciones difíciles o situaciones alegres, muero por una muestra de cariño. Tampoco que me anden encima todo el día! Que va! pero un cariño, un beso, un abrazo, son tan necesarios! No saben cuanto. Y ustedes se preguntarán porque justamente hoy me pongo a plantear esto.
Muy sencillo. Ayer fui a visitar a mi viejo, muchos de ustedes saben la historia (mis hermanos que a lo mejor me lean, obviamente la conocen de memoria), los que no la saben, lo lamento pero no voy a contarla de nuevo, es una historia larga y aún me duele. Lo cierto es que ayer fui a verlo y cuando me vio me dedicó una sonrisa como hacía mucho no veía en su cara, y no sólo eso, sino que me dio un abrazo! Saben que feliz me sentí? No se imaginan!
Y no porque mi viejo nunca me hubiera abrazado. No señor! Pero ayer, especialmente ayer me sentí chiquita otra vez. No se rían, no sean malos! Y cuando salimos de verlo junto con mi hermana y nos fuimos a tomar algo juntas, me vino a la memoria el motivo por el cual sospecho que me gusta el boxeo, vieron como son recovecos de la memoria, bueno, insondables, inmanejables y recordé entonces cuando yo era chica, unos 11 o 12 años y me quedaba los sábados a la noche con papi viendo peleas de boxeo. Se imaginarán lo poco que me importaba el deporte, era sólo el hecho de estar él y yo en "nuestro " momento juntos.
Ese momento equivalía un abrazo, un beso y una sonrisa. Todo junto. Porque no voy a mentirles diciendo que en mi casa no éramos afectuosos, pero convengamos que teníamos un modo diferente de expresarnos el cariño. No éramos muy demostrativos físicamente hablando. Será por eso que yo con mis sobrinos (propios y ajenos) soy todo lo contrario? Cargosa, quizás?
Bueno, pero volviendo a la actualidad, les vuelvo a preguntar, es incompatible para uds. la necesidad de afecto con la impostura de fortaleza? Yo creo que no, pero espero sus comentarios, que van a ayudar a poner en orden estos pensamientos que tan a mal traer me tienen.
Gracias por leer!
2 comentarios:
Cuando uno mas fuerte se cree mas apoyo necesita, yo muchas veces también espero ese abrazo y esa demostración de cariño que nunca llega y me cuestiono a mi misma, yo también atesoro los recuerdos de mi viejo que ya no esta más y se me parte el corazón al pensar que no puedo conocer a sus tres nietos, vos sos una mina importante y poca gente es importante y generas algo que también me parece importante que es que aunque a veces no llegue ese abrazo las personas quieren estar con vos, compartir tu compañia ya que las minas de fierro son pocas y las que tenemos aguente menos. Querida Laura espero que esto te ayude a ordenar tu cabeza y tu corazón no esta sola la gente te quiere y te admira como esta pequeña trabajadora que a veces también se siente un poco sola. Roxana.
Laurita, querida compañera, los que bien nos quieran se tomarán el trabajo de mirar abajo del caparazón que nos supimos forjar!
Y abajo, está lo de todos: la seguridad y la inseguridad, el afecto para dar y la necesidad de recibir, las ganas de unos mimos y unos abrazos,en fin, somos fuertes pero humanas (y mujeres, encima)
Los que bien nos quieran, los que se tomen el trabajo de buscar nuestra dulzura bajo la corteza a veces aspera o de superminas que solemos usar, seguramente saben que "que existe siempre una razón escondida en cada gesto" como dice el Nano.
Yo no veo en vos la supermina Laurita. Yo te veo a vos. Marche un abrazo!!
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